- El retorno de los vecinos a parte de los barrios que fueron desalojados durante la erupción de La Palma se está produciendo forma gradual y sin incidencias y las autoridades valoran adelantar a este viernes la apertura de nuevos núcleos de población, dada la situación de algunas de las coladas.
Esta posibilidad se analizó en el último encuentro del comité científico del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), que se reunió ayer martes presidido por el consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad de la comunidad autónoma, Julio Pérez.
Poner en marcha nuevos realojos el viernes es una posibilidad que se estudia tras los primeros resultados del análisis del estado de las coladas realizado por científicos del Instituto Geológico y Minero (IGMA-CSIC) y el Cabildo de La Palma, que permitirán avanzar en una mejor definición de la zona de exclusión.
En la reunión de ayer se expusieron los datos obtenidos en la monitorización de las coladas de la zona norte que se llevan a cabo desde el 31 de diciembre para conocer la estabilidad, emisión de gases y temperatura de la lava.
Con esa información, la dirección técnica del Pevolca y el Puesto de Mando Avanzado que coordina el dispositivo de emergencias establecerán en cada caso las distancias de seguridad desde los bordes de las coladas y señalizarán los accesos en función del riesgo con cartelería informativa.
De este modo, en los próximos días se llevará a cabo el mismo estudio en el lado sur de la erupción, donde persisten los mayores problemas debido a la emisión de gases, principalmente en las localidades de La Bombilla, El Remo y Puerto Naos.
Los representantes de todas las administraciones y servicios de emergencia que conforman el Pevolca destacaron la prudencia demostrada por la población en el regreso a sus casas en la primera fase del realojo, que comenzó el pasado lunes para algunos barrios de El Paso, Tazacorte, Los Llanos de Aridane y Fuencaliente.
Se trata, en concreto, de parte de los barrios de Tacande y Tajuya Las Martelas, La Condesa, Marina Alta, Marina Baja, Las Cabezadas y Charco, donde residen unas 1.000 personas del total de 7.000 que fueron evacuadas durante la erupción.
“El retorno se está llevando a cabo sin incidencias y de forma gradual, siguiendo en todo momento las indicaciones de las autoridades de no bajar a sótanos, ventilar bien las viviendas e ir siempre acompañados”, apunta el Gobierno de Canarias. Para algunos de los que ahora vuelven a casa, han sido más de tres los meses de evacuación, como ocurre con los residentes de Tacande y Tajuya que fueron desalojados el 19 de septiembre, el mismo día que estalló el volcán.
Los residentes de barrios como Las Martelas, La Condesa, Marina Alta, Marina Baja y Las Cabezadas fueron evacuados cuando las coladas avanzaron hacia el norte durante el mes de octubre. El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, señaló que estas zonas reúnen condiciones seguras para la vuelta de sus habitantes y ha precisado que por la parte norte de la erupción se liberan 345 hectáreas que hasta ahora permanecían acotadas.
La casuística de las personas que vuelven a sus hogares es muy variada: algunos se han encontrado con varios centímetros de cenizas que cubren sus casas y jardines mientras que otros, los que se han podido acercar durante la erupción a barrer y limpiar, tienen la esperanza de poder dormir pronto en sus casas de nuevo.
La erupción de La Palma ha emitido en sus tres meses de duración casi tanto material como la suma de las seis que le precedieron en esta misma isla desde que existen registros históricos: 215 millones de metros cúbicos. El comité científico del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) precisa que las coladas de lava que cruzan el Valle de Aridane están formadas por 187 millones de metros cúbicos de material y, el cono, por otros 28 millones de metros cúbicos.