- Orgulloso de sus raíces, el periodista navarro David Beriáin Amatriáin presumía de que hasta los 18 años Artajona fue todo su mundo. Después, inspirado por las historias que contaban misioneros cercanos, cubrió conflictos en Sudán, Congo o Libia, viajó a Afganistán para hablar con talibanes o a México para entrevistar a narcotraficantes y dio luz a decenas de realidades ocultas, un trabajo que le valió en vida todo el reconocimiento de la profesión.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra en 1999, David estaba casado con la venezolana Rosaura Romero, con la que trabajaba en la productora 93 metros, especializada en documentales y de la que fue uno de los fundadores en 2012. Pero antes trabajó durante seis años en la sección de Internacional del periódico La Voz de Galicia, con el que fue enviado especial en la segunda guerra de Irak y Afganistán y también estuvo una temporada en Argentina, en el diario El Liberal, y trabajó en el programa REC de Cuatro y en Antena 3, donde realizó un reportaje sobre Fukushima.

Pero fue través de su productora 93 metros mediante la que el periodista artajonés nos regaló una obra documental extraordinaria. Creador de la serie El Palmar de Troya y la recién estrenada Palomares, sobre las bombas nucleares que cayeron en ese pequeño pueblo de Almería, estaba trabajando, también para Movistar+, en Espías, una serie documental que nos acercará al mundo del espionaje internacional de una manera nunca antes vista en televisión.

En el año 2017, el reportero mostraba en Clandestino el viaje al interior del cartel de Sinaola y la guerra encubierta en El Salvador. Entonces, concedió una entrevista a Efe en la que aseguró que su prioridad le llevaba a buscar respuestas a las preguntas más difíciles. En aquella entrevista concedida en Miami (EEUU), se confesaba un “yonqui (adicto) del entendimiento”.

Su reportaje Diez días con las FARC le valió en 2009 el premio de periodismo digital José Manuel Porquet, así como ser finalista en el Bayeux de Normandía, uno de los galardones más importantes para corresponsales de guerra. Igualmente, su documental El negocio del secuestro en Venezuela fue nominado en 2019 a los premios RealScreen Awards, en su categoría de documentales de actualidad y ese mismo año al Emmy por su documental Latinos en el corredor de la muerte. Hace unos meses, en una entrevista hablaba sobre su trabajo señalando: “No voy a esos sitios para probar a nadie que soy muy valiente, es más, ya lo digo, no lo soy, soy muy cobarde, gallina, capitán de la sardina, y además defiendo el miedo. El miedo es una cosa necesaria, el miedo es un mecanismo que tiene el cuerpo para decirte, mira, no deberías estar aquí. Y es verdad, nadie debería estar ahí. Nosotros vamos para contar una historia. Ese es el punto, vamos para contar una historia. Si no contamos la historia, es mejor que no vayamos, nadie debería ir”.