- La esperanza de vida de los hombres y mujeres de Euskadi alcanzó el pasado año su máximo histórico y según los indicadores que baraja el Eustat una mujer nacida hoy en Euskadi alcanzará los 86,6 años y un hombre los 80,8.
A falta de que los devastadores efectos se la pandemia se contabilicen, lo que no ocurrirá hasta el próximo año, resulta más que evidente que la calidad de vida y la estructura de cuidados de la CAV es más que favorable para que la población sea cada vez más longeva. Tanto es así, que en el caso de las mujeres la esperanza de vida supera en casi tres años a la media europea.
Este es uno de los resultados que destacan en los indicadores para el análisis de los fenómenos demográficos elaborados por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, que deja patente que el incremento de la esperanza de vida es una constante en Euskadi desde hace ya varias décadas.
Los datos hablan por sí solos. En 1976, los hombres vascos vivían un promedio de 69,6 años, 76,9 años en el caso de las mujeres. Casi medio siglo después, la esperanza de vida de las mujeres se ha elevado en 9,7 años y en 11,2 la de los hombres.
Cada año, partiendo la contabilidad de 1976, los hombres han ganado 3,1 meses de vida, aumento que no ha sido tan alto en las mujeres, 2,7 meses anuales, de tal forma que la diferencia de la esperanza de vida entre ambos sexos se ha ido limando. La máxima diferencia la encontramos hace 25 años, cuando la previsión de vida de las mujeres era 8,7 años mayor que la de los hombres, mientras que en la actualidad es de 5,8 años.
Muchos han sido los cambios sociales y sanitarios que explican que cada vez se viva más y, en consecuencia, sea cada vez más necesario apuntalar un sistema de cuidados por el que apuestan de forma prioritaria el conjunto de las administraciones de la CAV y que resulta primordial en una sociedad cada vez más envejecida.
¿Y cuáles son las principales amenazas a este aumento en la esperanza de vida? Los tumores. En el virtual escenario de que se pudieran erradicar, los hombres vivirían 4,4 años más y tres más las mujeres.
Si se baten récords en esperanza de vida lamentablemente también los dígitos que reflejan los nacimientos son destacables, aunque en este caso es por la razón opuesta, por situarse por debajo de la media europea.
El pasado año la media de UE era de 1,6 nacimientos por mujer, media que en el caso de Euskadi se situó en 1,3. Cifras muy bajas que quedan en mayor evidencia si se comparan con las de 1976, cuando se registraban 2,7 nacimientos por mujer. ¿Y en dónde nos pone este descenso? En un escenario preocupante, que enciende todas las alarmas, puesto que la cifra se halla muy alejada de la que garantizaría el reemplazo generacional, 2,1 nacimientos por mujer.
Si observamos la situación por territorios Gipuzkoa, con un 1,3 nacimientos, se sitúa entre Araba, con 1,4 y Bizkaia, con un 1,2, cifras todas ellas muy por debajo de ese 2,1.
Un análisis pormenorizado de las cifras indican que la tendencia es a que una mujer tenga 0,6 primeros nacimientos, 0,5 segundos nacimientos y 0,2 terceros nacimientos o posteriores, lo que supondría que un tercio de las mujeres no tendrían descendencia. En los últimos 44 años la situación ha variado de forma notable, ya que ha descendido en un 80% el número de mujeres que no tienen tres o más hijos o hijas.
Este descenso demográfico se explica, en parte, por el hecho de que la edad media en la que las mujeres vascas acceden a la maternidad es de 33 años, tres años por encima de la media de UE y 4,4 años superior a la edad media de 1976.
Las diferencias por territorios no son notables y también en este caso Gipuzkoa, con una edad media de 32,9 años, se sitúa entre Bizkaia (33,1) y Araba (32,6).
Según el Eustat, atendiendo a los datos de tasas de nupcialidad de 2019, el 50,5% de las mujeres y el 46,7% de los hombres acabarán casándose por vez primera, un porcentaje que también va en descenso. No hace falta retroceder cuatro décadas. Cuando echó a andar el nuevo milenio, en 2001, el 56,1% de los hombres y el 59,5% de las mujeres daban el paso de casarse por primera vez. Las cosas han cambiado.
Con esta tendencia, los datos evidencian que el 53% de los hombres y algo menos del 50% de las mujeres permanecerían solteros o solteras, dato que choca con el de 1977, cuando el porcentaje de hombres que se casaban rondaba el 100% y el de las mujeres superaba el 93%.
También en este caso sube la edad media en la que vascos y vascas optan a su primer matrimonio: 37,4 años para los hombres y 35,5 años para las mujeres. Así, el 42,4% de los hombres y el 45,8% de las mujeres se casan entre los 29 y los 35 años.
Aunque la impresión observando nuestro entorno no nos indique que los habitantes de la CAV seamos muy proclives a cambiar de lugar de residencia, lo cierto es que, según el Eustat, cada habitante de Euskadi llevaría a cabo más de tres emigraciones y media a lo largo de su vida aunque, eso sí, la mayor parte tengan carácter intraprovincial.
Nos movemos, sí, pero en la mayor parte de las ocasiones, casi la mitad, a un municipio situado en el mismo territorio que el de origen. Respecto a las emigraciones fuera de Euskadi a los hombres les corresponden 1,5, un 41% del total de emigraciones, y un 1,3 a las mujeres, un 36%.
En materia de emigraciones las diferencias entre territorios sí son reseñables y, de nuevo, Gipuzkoa con 3,6 migraciones por persona, se ubica entre Bizkaia con 3,9 y Araba con 2,9, hecho que responde a las diferencias existentes en movilidad intraprovincial con Bizkaia a la cabeza, 2,3 movimientos y Araba en el polo opuesto, con 0,9. Por contra, Araba lidera el movimiento entre territorios, con 0,4 por persona, seguido de Gipuzkoa con 0,3 y de Bizkaia con 0,2.
Tanto mujeres como hombres se mueven más en el mismo territorio cuando son más jóvenes y emigran fuera de Euskadi a mayor edad, 34,7 años en el caso de las mujeres y 35, en el de los hombres.
Por último, quienes más cambian de casa dentro de su propio municipio son los alaveses, con una media de 7 traslados en el caso de los hombres y de 7,2 en el de las mujeres. Bizkaia y Gipuzkoa acreditan unas medias de 6,3 traslados por persona.
En definitiva, si a las emigraciones se le suman los cambios de domicilio, a lo largo de la vida realizaríamos 10,2 movimientos de media.
Esperanza de vida. En el caso de las mujeres se sitúa en 86,6 años y en 80,8 años en el de los hombres. Desde 1976 los hombres han ido ganando 3,1 meses de vida al año y las mujeres 2,7 meses. La esperanza de vida de la CAV supera en tres años la media de la UE.
Natalidad. El dato de la baja natalidad es preocupante, con una media de 1,3 nacimientos por mujer, por debajo de los 1,6 de la media europea y muy por debajo de los 2,1 que garantizaría el reemplazo generacional.
Edad de maternidad. La edad media en la que las mujeres vascas acceden a la maternidad es de 33 años, tres años por encima del promedio europeo y 4,4 años superior a la de 1976.
Bodas. El 50,5% de las mujeres y el 46,7% de los hombres se casarán por vez primera. En 2001 estos porcentajes eran del 59,5% y ele 56,1% respectivamente. La edad media del primer matrimonio se sitúa en 37,4 años en el caso de los hombres y 35,5 para las mujeres.
Traslados. Si se suman emigraciones y cambios de domicilio, los vascos y vascas realizarían en su vida 10,2 cambios de residencia.