Asturias ha acordado pedir al Gobierno de Sánchez que autorice el confinamiento domiciliario durante 15 días, así como suspender "toda la actividad económica no esencial" a partir del miércoles y establecer el toque de queda a las diez de la noche, dos horas antes del actual.
La decisión ha sido anunciada hoy por el presidente del Principado, Adrián Barbón, tras reunir con carácter de urgencia al comité de crisis de la covid-19 y después de que ayer la comunidad autónoma pasase al nivel cuatro de alerta (riesgo extremo) por el fuerte aumento de la presión asistencial de los últimos días y el de los contagios, que han superado los 3.000 en los últimos ocho días de octubre.
Según el Gobierno asturiano, estas medidas están orientadas a "intensificar la disminución de la movilidad y de la interacción personal" en un momento "crítico" en el que se ha disparado la presión asistencial y el índice de positividad se mantiene entre el 6 y cerca del 10 por ciento, por encima del 5 por ciento que la OMS fija como umbral para considerar controlada la pandemia.
Los pacientes hospitalizados ya superan los 625 y de ellos, casi un centenar ocupan camas de cuidados intensivos, servicio en el que más del 30 por ciento de las plazas ya es para pacientes con covid.
A falta de conocerse los datos del domingo, el sábado se contabilizaron diez fallecidos y 73 ingresos hospitalarios, 13 de ellos en la UCI, de pacientes con coronavirus o sospechosos de tenerlo, así como 282 nuevos casos confirmados mediante pruebas PCR.
Desde la semana pasada, en Asturias hay establecido un cierre perimetral de toda la comunidad autónoma y de sus tres principales municipios, Oviedo, Gijón y Avilés, hay toque de queda entre las doce de la noche y las seis de la mañana, hay prohibición de mantener reuniones con más de seis personas y está decretado a las once de la noche el cierre de la hostelería, que no tiene permitido servir en barra.