El Gobierno británico informó este lunes de 160 nuevas muertes por COVID-19, diez menos que ayer y la menor cifra diaria desde finales de marzo por segundo día consecutivo.
El Ministerio de Salud británico ha registrado un total 34.796 fallecidos por el covornavirus desde que comenzó la pandemia en hospitales, residencias y domicilios del Reino Unido.
En 24 horas, se han llevado a cabo 100.678 pruebas diagnósticas, con las que se han detectado 2.684 nuevas infecciones.
El ministro de Salud, Matt Hancock, indicó en el Parlamento que ya se ha contratado a 21.000 personas para trabajar en el programa para detectar y trazar cadenas de contagio que se pondrá en marcha en las próximas semanas.
Ese grupo incluye a 7.500 profesionales sanitarios que apoyarán a los miles de operadores telefónicos que contactarán con personas contagiadas, o bien que han estado en contacto con posibles infectados, para pedirles que se aíslen en sus domicilios y ofrecerles consejos sanitarios.
A partir del 1 de junio, el Gobierno espera pasar a una nueva fase en el plan de desescalada, que contempla reabrir algunos cursos de primaria en escuelas de Inglaterra, lo que ha levantado críticas de algunos sindicatos de profesores por las dudas sobre las medidas de seguridad para evitar contagios.
Para tratar de reducir las posibilidades de que los menores transmitan infecciones, Hancock anunció que a partir de hoy se podrá solicitar un test de COVID-19 para todas aquellas personas mayores de cinco años que muestren síntomas compatibles con la enfermedad.
En ese terreno, el Sistema Nacional de Salud británico (NHS, en inglés) modificó hoy sus guías sanitarias para incluir la pérdida del gusto y del olfato como síntomas del coronavirus, además de la fiebre y la tos, como se especificaba hasta ahora.
Los trabajadores que no pueden realizar su labor de manera remota comenzaron a regresar a sus puestos la semana pasada, si bien Escocia, Gales e Irlanda del Norte se han desmarcado de la hoja de ruta del Gobierno central, al ver prematura la desescalada.
La presidenta del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, avanzó hoy que espera publicar su propio plan esta semana y confía en poder comenzar a rebajar las medidas a partir de finales de mes.
El viceconsejero médico del Gobierno, Jonathan Van-Tam, subrayó en una rueda de prensa que se están rebajando las pautas de distancia social "paso a paso" para evitar una segunda oleada, al tiempo que se mejora la preparación de los servicios de emergencias por si se producen "repuntes de casos" en el futuro.
"Solo si logramos una vacuna que sea realmente capaz de suprimir los niveles de la enfermedad podremos decir que hemos superado esto", advirtió Van-Tam.
"Desde esa perspectiva, vamos a tener que vivir y aprender a vivir con este virus durante largo tiempo. Desde luego, durante muchos meses, si no años", dijo el experto.