- La entrada en la Fase 1 de la desescalada conllevará un aumento del movimiento de personas que se irá intensificando a medida que más establecimientos, sectores y empresas vuelvan a ponerse en funcionamiento. Dado que gran parte de esa movilidad personal se realizará utilizando el transporte público, el Gobierno Vasco ha establecido medidas como el control de temperatura de los viajeros, la instalación de dispensadores de gel higienizante y el reparto de mascarillas.
Tanto la toma de temperatura aleatoria a viajeros como el reparto de mascarillas comenzarán el lunes tras varias jornadas en las que se han realizado pruebas. Además, estos controles no se llevarán a cabo en puntos fijos, sino que se harán con equipos móviles situados en distintos puntos de acceso a medios de transporte público, como metro, trenes, tranvías y autobuses de los tres territorios.
El personal de Cruz Roja en Araba y de la DYA en Bizkaia y Gipuzkoa serán los encargados de llevar a cabo las mediciones en las estaciones de Metro Bilbao y Euskotren así como en las estaciones de autobuses de las tres capitales vascas. Cuando a raíz de estos controles se detecte que una persona que iba a acceder al transporte supera los 37ºC, esta deberá ser atendida por los equipos sanitarios.
El uso de mascarillas sigue siendo obligatorio y se debe mantener la máxima distancia entre personas. No obstante, el Gobierno va a disponer de medio millón de mascarillas para distribuir entre los usuarios. Cada operador público de transporte recibirá un número de mascarillas proporcional al número de personas usuarias y a la extensión de sus servicios y será cada operador quien realice la correspondiente entrega atendiendo a su especificidad y particularidad.
Además, en las Oficinas de Atención a la Ciudadanía (O.A.C.), se podrán entregar mascarillas a aquellas personas usuarias que dispongan de un titulo de transporte en vigor, a través de las txartelas Bat, Barik y Mugi.
Según el Gobierno Vasco, antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia de coronavirus, en el conjunto de Euskadi el transporte público era utilizado por unas 758.719 personas al día en jornadas laborables, mientras que esta semana, en la Fase 0 de desescalada, la cifra de viajeros ha sido de 137.623, lo que representa un incremento del 35% respecto a la semana anterior.
- Los sindicatos vascos han advertido al Departamento de Educación de que los trabajadores y trabajadoras no retornarán a las clases a no ser que las condiciones para su vuelta sean negociadas y garanticen la salud.
En un nota elaborada de forma conjunta, los sindicatos ELA, LAB, CCOO, UGT y SteEilas han criticado que el plan presentado ayer por la consejera de Educación, Cristina Uriarte, para volver a los centros de cara a la finalización de curso no ha sido negociado ni elaborado con los representantes de los trabajadores.
Una vez visto el plan, la consideración de los sindicatos es que, a día de hoy, no se dan las condiciones para poner en marcha el retorno de los cursos anunciados -los dos grados de Bachiller, 4º de la ESO y Formación Profesional- a partir del 18 de mayo garantizando la salud de trabajadores y el alumnado.
Para las centrales, el plan de Educación “se limita a recoger unos criterios generales de seguridad que se quedan cortos. Ha establecido las medidas para la aplicación de estos criterios sin haberlas trabajado con los centros y sin prever recursos para poder ponerlas en marcha, cargando a las direcciones de los centros con un nivel de responsabilidad desproporcionado. El plan se caracteriza por la improvisación y la precipitación”.
En esta situación sería una “irresponsabilidad” poner en marcha el retorno el 18 de mayo, ya que la salud de las personas trabajadoras y el alumnado, y por extensión la de toda la sociedad, “se vería seriamente comprometida”.
Por ello, los sindicatos han exigido al Departamento de Educación que no ponga en marcha el plan de reapertura hasta que no se negocien con la representación de los trabajadores las condiciones de seguridad adecuadas que garanticen su salud.
Además, advierten de que si no se entablase una negociación podrían “impulsar la dinámica de movilizaciones necesaria para ello”.