- Después de que las vacaciones de Semana Santa se hayan evaporado entre cuatro paredes lo único que queda es pensar en el periodo estival. Aunque teniendo en cuenta que la normalidad tardará aún muchos meses en volver son más las incógnitas que las certezas sobre la posibilidad de retomar el vuelo. "Hay mucha incertidumbre para prever qué es lo que va a ocurrir. Lo que tenemos claro es que no va a ser un verano normal", asegura Iñaki Díez, director regional de la zona norte de Nautalia Viajes. En este contexto, vaticina que, a pesar de que actualmente no se están realizando reservas, las Islas Baleares, las Canarias y la costa mediterránea serán los destinos más demandados durante un verano que despegará muy tarde. El factor miedo en un sector tan sensible a la seguridad puede ser clave.

"Estamos tratando de trabajar adivinando qué va ocurrir en verano. Entendemos que todo dependerá de cómo se levante el estado de alarma", indica el experto en el sector turístico en referencia a la "desescalada" del confinamiento. Las dudas no son pocas. "¿Nos van a permitir organizar circuitos en autobuses con 50 plazas o solo se podrá ocupar una de cada tres?", pregunta. "Somos intermediarios y tenemos que valorar lo que están haciendo nuestros proveedores, mayoristas y hoteleros. ¿Van a abrir todos? ¿Van a cerrar por riesgos en el Caribe? ¿Y las navieras?", cuestiona Iñaki Díez, quien expone que algunas ya han adelantado que es posible que tengan que sacar sus barcos a un tercio de su capacidad, "lo que sería una ruina para cualquier crucero".

De esa forma, indica que es poco probable que los turistas se arriesguen este verano a realizar largos trayectos en avión en los que se debe viajar en un espacio reducido junto a decenas de pasajeros. "Creemos que habrá países a los que será muy complicado que la gente pueda viajar, porque en teoría el resto de los países están por detrás en la implicación del coronavirus", reflexiona. Y cita destinos como Estados Unidos u otros del sudeste asiático. "La gente va a querer estar cerca de casa por si ocurre algo. Entendemos que va a haber un turismo nacional mucho más importante, sobre todo a las islas o a la costa, porque nadie querrá enfermar en un país menos civilizado que el nuestro", expone.

No solo está en el aire la temporada de playas, que muchos expertos observan como un foco potencial de contagio, sino que es poco probable que se permita el turismo de masas capaz de reunir a 200 personas en el desayuno bufé de un hotel de Mallorca. "Hay que esperar para ver como se desarrolla todo esto", considera el experto en turismo. Lo que ve probable es que las tarifas varíen. "Si en agosto lo más demandado son las Canarias o las Baleares puede haber una subida de precios", estima. Aunque por otro lado a apunta que "por lo que cuentan los hoteleros canarios están teniendo cancelaciones de grandes grupos nórdicos, alemanes o británicos. Ni siquiera tienen claro que en octubre se pueda retomar la actividad porque España ha sido un país muy castigado y no saben el miedo que puede haber hasta que todo esto se solucione". En el caso de Baleares, donde el turismo es más estacional, considera que también podrían reducirse los precios mediante ofertas si la actividad no arranca pronto.

En cualquier caso, asevera que actualmente están tramitando muy pocas reservas. "Se está haciendo alguna para octubre, noviembre o diciembre, algún viaje de novios", indica. Y todo ello porque "los proveedores están facilitando el hecho de poder reservar y cancelar sin gastos, lo que puede hacer que la gente se anime a reservar o pueda tener algún tipo de seguro". El director regional de la zona norte de Nautalia Viajes indica que aunque están operativos -si bien se han visto obligados a aplicar un ERTE y es probable que no puedan incorporar a la plantilla al 100%-, actualmente se están dedicando a reembolsar "todo el mes de marzo y abril y, como esto siga así, mayo".

En esa línea, afirma que la nueva ley que ha promovido el Gobierno central, a propuesta del Ministerio de Consumo, para devolver las reservas a través de bonos les beneficia. "Las compañías navieras nos están mandando bonos, por ejemplo, que son canjeables hasta 2021. Nos puede favorecer por el hecho de no descapitalizarnos, pero los clientes quieren su dinero", explica Iñaki Díez, quien señala que aunque cuentan con la comprensión del cliente saben que las necesidades de cada uno son diferentes ya que hay quien ha reservado un viaje para celebrar un aniversario concreto al que puede no interesarle que le den la opción de que se posponga.

"Nuestro miedo real y crítico es pensar que tendremos que cancelar junio, julio y agosto, que es de lo que básicamente vivimos la mayor parte de las agencias de viajes", confiesa. ¿Y el mayor deseo? "Que haya muchas reservas de última hora", revela el director regional de Nautalia Viajes. "Esperamos que toda esa gente que no podrá viajar estos meses lo pueda hacer en octubre, noviembre, o incluso septiembre". Ello dependerá también de lo que ocurra con las vacaciones de los empleados de las grandes empresas que actualmente tienen a sus trabajadores confinados. "Queremos pensar que el verano se va a prolongar más ya que no ocurrirá como otros años en los que en agosto todos cerraban las persianas", plantea.