Bilbao - Una de las “buenas prácticas” de acompañamiento a mujeres en situación de exclusión presentadas ayer en la Universidad de Deusto fue el proyecto Metzineres, que ofrece entornos de cobijo a mujeres que consumen drogas. “Mujeres -explicó Aura Roig- con múltiples situaciones de vulnerabilidad”.

¿Por qué un trabajo específico con mujeres consumidoras de drogas?

-Son mujeres que normalmente encuentran múltiples barreras de acceso a los servicios sociales y todavía más por el hecho de usar drogas. Muchas veces ven que no pueden ir a los albergues, que no pueden participar de las iniciativas para mujeres en situación de vulnerabilidad precisamente por estar en consumo activo. Vimos que son mujeres que no pueden llegar a ninguno de los servicios que tenemos y que muchísimas veces se las sanciona o directamente se les veta el acceso.

¿Cómo es el trabajo que hacen con ellas?

-La intervención que hacemos consiste, en primer lugar, en crear un espacio de seguridad y tranquilidad para ellas y, segundo, ponerlas en el centro de sus procesos teniendo en cuenta que el consumo de drogas no tiene por qué ser un limitante a la hora de participar de manera plena y ejercer sus derechos. La manera de abordarlo ha sido situarlas a ellas en el centro de la intervención y no poner tanto énfasis en sus necesidades como en sus expectativas, sus intereses, el futuro que quieren crear y sus ilusiones.

¿Qué hacen para conseguirlo?

-Hemos intentado crear diferentes entornos para que no puedan fracasar, todas son bienvenidas, no son expulsadas, no hay sanciones, porque son mujeres que vienen de múltiples situaciones de fracaso y volver a eso sería retraumatizarlas.

¿Ante estas situaciones qué se considera un éxito?

-Es un éxito que se sientan bien, que recuperen cierto bienestar, que se reconozca su experiencia. Estas mujeres son supervivientes y para sobrevivir a todo lo que pasan tienen que ser muy recursivas. Es importante que se sientan reconocidas en el papel de cuidadoras, ya que por el hecho de usar drogas eso se les ha negado. Con nosotras ellas pueden formar parte del equipo de intervención y forman parte del diseño porque trabajamos colectivamente: unas aportamos nuestra experiencia profesional, y ellas aportan su experiencia vital, aunque ese ‘ellas y nosotras’ tampoco está muy claro.