Bilbao - Arrate Maruri considera que enfrentarse solo a la preparación de una OPE es un reto muy difícil, por eso ofrece su ayuda especializada al opositor para conseguir la ansiada plaza.

A ver confiese; ¿hay trucos para ganar una plaza de funcionario?

-Más que trucos, hay técnicas. Y muchas. Porque no entraña la misma dificultad un examen tipo test que un examen con preguntas a desarrollar. No exige el mismo tipo de estudio ni te enfrentas al mismo examen. Y la forma de hacer la prueba es tan importante o más que el propio estudio.

A los alumnos hay que enseñarles a hacer el examen.

-Sí claro. Hay que explicarles cuestiones sobre ¿cómo selecciono la respuesta correcta? ¿Cómo leo la pregunta, cómo la subrayo? Y tienen que saber gestionar el tiempo. Porque hay mucha gente que puede ir con un gran grado de aprendizaje y fallar en la forma de hacer el examen. Ese es un factor importantísimo que desde Implika trabajamos muchísimo.

Ustedes ofrecen mucho más que ayuda académica.

-Sí, además de enseñarles las pautas de cómo deben estudiar, intentamos dar respuesta a todas sus preocupaciones. Nos plantean desde cuestiones didácticas hasta logísticas, y nosotros les ayudamos, les explicamos qué debe hacer uno ese día, incluso qué cosas deben comer y qué no. Hay gente que se presenta al examen de las 9, al de las 5... otros hasta van a hacer triplete. Y no saben si deben volver a casa, si deben llevar los apuntes... E intentamos dar respuesta a todo eso porque no son cuestiones nimias, y todas las preocupaciones y dudas son bienvenidas. Enfrentarse solos a un reto del calibre de una OPE es muy complicado.

Cada alumno plantea un problema diferente.

-Sí, y enseguida detecto cuál es el talón de Aquiles del alumno para poder ayudarle. Tenemos muchos perfiles, algunos parecen semejantes, pero no lo son. No todos tienen el mismo problema porque cada uno falla en una cosa.

¿Cuáles suelen ser esos puntos débiles?

-El problema de unos es que quizá leen un poco más despacio. El de otros que quizá no se fijan en la lectura de la pregunta, otros van demasiado directos a la respuesta... cada uno tiene su aquél y hay que trabajar en cada peculiaridad.

Están ya en la recta final y están obligados a hincar mucho los codos. ¿Cuanto tiempo les recomienda que estudien en casa?

-Es que eso del tiempo es muy relativo. Todo depende. No puedo marcar unas horas concretas, pero está claro que con una hora o hora y media no llegas. Aquí hay un perfil de alumno muy diferente. En su mayoría, son mujeres con obligaciones familiares, entre 35 y 50 años... Pero son muy constantes, muy trabajadoras y al final tanto sacrificio les compensa.

Les preparan incluso con simulacros de exámenes.

-Sí, hacemos simulacros, no solo clases magistrales. Intentamos ponerles los exámenes reales para enfrentarles a la realidad que van a encarar. En la última etapa tenemos previsto aumentar las clases para preparar más test, para hacer tutorías, resolver dudas.. Haremos simulacros casi reales para que los alumnos se vayan acostumbrando a la presión del tiempo, de un examen con tanta gente...

Aquí comparten experiencias y métodos de estudio.

-Sí porque en casa llegan y cuentan su experiencia pero no te entienden como alguien que está estudiando lo mismo que tú. Con la gente de aquí puedes compartir los nervios, la metodología... y se desahogan.

¿Cuál es el retrato robot de las estudiantes?

-Por aquí pasan mayoritariamente mujeres que además obtienen una gran tasa de éxito. Son mujeres trabajadoras con ansias de mejorar. El perfil es el de una persona con ciertas tablas, bagaje y trayectoria profesional. De hecho, el 75% de las candidatas a la OPE son chicas y no tienen precisamente de veinte años.

Lógico, Osakidetza es la empresa más feminizada del país.

-Es verdad que la plantilla está compuesta mayoritariamente por mujeres pero eso es así sobre en las categorías inferiores. Pero creo que hay que decir que también hay un techo de cristal en las categorías altas. Porque los cargos de especialidades médicas están copados por hombres.