Donostia - Un colectivo de sacerdotes, religiosos y fieles guipuzcoanos denunció ayer que el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, haya comenzado a “hablar de números rojos” en la diócesis donostiarra cuando, “al iniciar su servicio episcopal”, en enero de 2010, contaba “con fondos más que holgados” y “un superávit que permitía afrontar el futuro sin problemas?. Este colectivo elaboró recientemente un comunicado, suscrito por casi un millar de personas, con el que trató de “alertar” de la propuesta de reestructuración patrimonial presentada por vicario general al Consejo Presbiteral el 22 de febrero, al tiempo que pedía “aclaraciones acerca del grave agujero o déficit económico” existente, “la pérdida de 700.000 euros en el Banco Popular en el año 2017” y “la venta o alquiler de inmuebles emblemáticos” del Obispado en el centro de Donostia y otros edificios de diversas parroquias.
El obispo Munilla respondió a estas acusaciones defendiendo la “profesionalidad, prudencia y transparencia” con la que, según explicó, la diócesis gestiona “el patrimonio recibido por sus fieles, al tiempo que recordó que sus cuentas “son publicadas anualmente” en el Boletín Diocesano, además de estar disponibles en su página web. - Efe