madrid - Ecologistas y expertos reclamaron ayer más medios para acabar con la impunidad y mayor esfuerzo en prevención ante la oleada de incendios forestales, la mayoría intencionados, registrados en los últimos días en Asturias, Castilla y León y Galicia, que ya se han cobrado cuatro víctimas.

Nicolás López, delegado de SEO/BirdLife en Asturias, rechazó las afirmaciones que apuntan a que la proliferación del fuego en las últimas semanas se deba solo al cambio climático, la sequía o las condiciones ambientales: “Los pirómanos han aprovechado para prender el monte de noche; hay que acabar con la impunidad”.

Para Lourdes Hernández, del área de Bosques, Incendios y Desarrollo Rural de WWF, las fiscalías no cuentan con los medios adecuados para “poder identificar bien a los culpables, detenerlos y que caiga sobre ellos el peso de la ley”.

Y la responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace, Mónica Parrilla, recordó que, pese a que el Código Penal prevé penas de hasta 20 años de prisión, aún se producen quemas de rastrojos sin permiso ni supervisión administrativa y en condiciones meteorológicas adversas. En este sentido, coincidió en que se debe dar más apoyo a las fiscalías de Medio Ambiente en el esclarecimiento y persecución del delito. En Galicia, son casi una veintena los puntos con situación dos, de riesgo real para núcleos poblados, por los incendios, mientras que en Asturias los fuegos amenazan pequeñas localidades de Cangas del Narcea y a la Reserva de la Biosfera de Muniellos.

Cambio en el modelo de gestión Nicolás López señaló que la solución pasa por “un cambio en el modelo de gestión forestal, un cambio en el modelo de desarrollo y una política preventiva activa”, porque “un euro en prevención es mucho más importante que mil euros en extinción”. En este sentido, denunció la “temporalidad brutal” en la contratación de los equipos contra incendios, cuando la labor preventiva “es mucho más importante que la extinción y se realiza todo el año”. En su opinión, la ampliación de la campaña de verano contra los incendios forestales decretada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente “es una solución de emergencia pero no es la solución”.

El pasado viernes, el Mapama prolongó la campaña con más medios aéreos de mayor capacidad, hasta el doble del dispositivo habitual para un mes de octubre en un año regular.

Por su parte, la responsable de WWF recordó que la “coctelera” de los incendios forestales tiene un componente nuevo, que es el cambio climático, y “si se sigue abordando el problema con políticas obsoletas seguiremos condenados a que periódicamente el monte arda”.

Para Lourdes Hernández, las causas de los últimos incendios “son muy claras, un cóctel destructivo en el que se juntan ausencia de gestión forestal, abandono rural, cambio climático y el conflicto social con el uso del fuego como herramienta agroganadera”. Explicó que “es muy difícil que exclusivamente con dispositivos de extinción se le pueda poner freno, olvidando poner las herramientas para que el bosque sea menos vulnerable a los pirómanos”.

Por su parte, Comisiones Obreras denunció la falta de planificación del medio rural y forestal, la ausencia de un auténtico plan de estrategia territorial y la falta de compromiso de los poderes públicos.

Según el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas, la situación generada por los incendios en el noroeste peninsular viene determinada por el paso del huracán Ophelia, la potente sequía dominante en la zona y la dispersión poblacional.

Rojas explicó que la llegada de Ophelia “ha motivado una conjunción meteorológica, con rachas de viento muy fuertes y extremadamente cálidos, que han avivado el fuego”. Y reclamó un cambio en el modelo de gestión forestal basado en la prevención, inversión en mantenimiento del bosque, recuperación de la actividad agrícola y ganadera, lucha contra el despoblamiento rural, apuesta por la ordenación territorial y mitigación del cambio climático. - Efe