baiona - Después de la inauguración oficial del viernes, ayer comenzaron a circular los trenes de alta velocidad más modernos de Francia en la nueva línea ferroviaria que une Tours y Burdeos. La nueva infraestructura, de 340 kilómetros de longitud y cuyo coste total asciende a 7.800 millones de euros, permite viajar en dos horas y cuatro minutos entre Burdeos y París, una hora menos.
El primer tren entre París-Montparnasse y la capital de Aquitania estaba previsto ayer a las 8.52 horas. En el otro sentido, el primer viaje estaba anunciado para las 9.04 horas en Burdeos para llegar a la capital francesa a las 11.08 horas. Hasta el viernes, el TGV tardaba 3 horas y 15 minutos en unir ambas ciudades. Entre el País Vasco y París el viaje duraba hasta cinco horas pero desde ayer los usuarios tardarán una hora menos. El viaje entre Baiona y la capital gala dura exactamente 3 horas y 53 minutos según la compañía ferroviaria SNCF.
El proyecto, que vio la luz a comienzos de la década de los noventa, comenzó a tomar cuerpo en 2012 con la puesta en marcha de la mayor obra de alta velocidad de Europa. Todos los tramos de la nueva línea de alta velocidad se han edificado de forma simultánea, y en los últimos cinco años, 8.500 trabajadores han participado en esta obra que atraviesa seis departamentos del suroeste de Francia. La nueva red cuenta, en total, con 1.400 kilómetros de vías de alta velocidad, 500 puentes, viaductos y túneles, 14.000 postes eléctricos y 800 puentes para que la fauna no encuentre barreras a lo largo de una infraestructura que ocupa 15 hectáreas por cada kilómetro.
Parte de los nuevos trenes que circulan por la nueva línea ferroviaria han sido construidos en La Rochelle. Todos los vagones, que cuentan con asientos más cómodos, ofrecen conexiones de wi-fi e incluso más espacios para las personas discapacitadas.
El presidente de Aquitania, el socialista Alain Rousset, que en los últimos años ha impulsado la construcción del corredor atlántico junto con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta de Nafarroa, Uxue Barkos, subrayó la importancia de la nueva línea, por ejemplo, para el turismo. En la actualidad, con 13 millones de visitantes cada año, el sector turístico representa el 8% del PIB de Aquitania.
La nueva infraestructura ha impulsado la renovación de la estación de trenes Saint-Jean de Burdeos, con una inversión de 200 millones de euros. Las afueras de la estación también están siendo renovadas con la construcción de pisos y oficinas, y la revalorización de las viviendas actuales. Se calcula que en los próximos 15 años, Burdeos y su comarca contarán con 250.000 nuevos habitantes.
Desde ayer, 33 trenes circularán cada día entre París y Burdeos. El nuevo TGV podrá transportar cada día a 35.000 personas, cinco veces más que los aviones que vuelan entre ambas ciudades. En la actualidad, 18 millones de personas viajan en tren cada año entre Burdeos y París. La SNCF espera conseguir más de 2 millones nuevos clientes.
Los sectores hostiles al TAV han criticado el aumento de los precios de los billetes y la desaparición del tren nocturno Palombe bleue que en las últimas décadas salía de Hendaia por la noche para llegar a París a primera hora de la mañana. Y advierten de que los nuevos trenes no llegarán antes a París-Montparnasse. Pese a que el viaje dura una hora menos, gran parte de los trenes seguirán llegando a París a la misma hora por lo que realmente saldrán del País Vasco, por ejemplo, una hora más tarde de lo habitual. El portavoz del colectivo ecologista CADE Víctor Pachon reconoce que los viajeros pasarán una hora menos en el tren pero advierte de que no llegarán antes a su destino.
Si el TAV es ya una realidad entre París y Burdeos, todo apunta que habrá que esperar hasta 2027 para que llegue a Dax y no hay fecha para su construcción entre esta ciudad de Las Landas y Lapurdi.
Esta semana, la justicia gala ha invalidado el decreto de utilidad pública para la construcción del TAV al sur de Burdeos. Mientras, el tribunal administrativo ha ordenado a varias instituciones que financien la nueva infraestructura aunque se encuentre fuera de Aquitania. El Consejo Departamental de Pirineos Atlánticos tendrá que pagar 19 millones de euros y la Mancomunidad de Iparralde otros 14. La Mancomunidad de Pau ya ha adelantado que recurrirá la sentencia.