Cuando los agentes encargados de la seguridad se acercaron al vehículo comprobaron que el conductor, un vecino de Iurñea de 38 años, se encontraba muy influenciado por la ingesta de bebidas alcohólicas, ya que era incapaz incluso de volver a arrancar el vehículo al no acertar a introducir la llave. El conductor viajaba acompañado de una mujer que salió a la carrera nada más verse en el interior del garaje.
Como posteriormente el individuo se negó a realizar la prueba de etilometría, se le acusó de conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, negativa a someterse a la prueba de etilometría y también por un presunto delito de pérdida de vigencia del permiso de conducir, ya que le había sido retirado anteriormente por sentencia judicial. Estos delitos están penados con pena de prisión de hasta un año.