Si el tiempo lo permite, cuando se haga de noche hoy, apaga las luces, mira al cielo y busca la Luna, no será difícil localizarla. Estará creciendo para dejarse ver mañana como la más grande y brillante de las últimas siete décadas y no volverá a alcanzar ese tamaño ni luminosidad hasta, al menos, el año 2034. Varios fenómenos coinciden para mostrar la reina de las lunas llenas.

La Luna llena se produce cuando el satélite recibe la luz del Sol sin que la Tierra le dé sombra. Además, el satélite tiene dos ciclos: uno de luna llena a luna llena, con una duración de 29,53 días, y otro que depende de su órbita elíptica alrededor de la Tierra (la Luna no gira en círculos perfectos), porque cada 27,55 días nuestro satélite se coloca en el punto más cercano a nosotros, llamado perigeo, explica el astrofísico y director del Planetario de Pamplona, Javier Armentia. “Son dos períodos diferentes, pero más o menos tres o cuatro veces al año esa cercanía coincide con la luna llena y eso es lo que ahora se ha puesto de moda en llamar superluna”.

Cuando la superluna brille en el cielo, estará a 359.536 kilómetros de nosotros. En comparación, el apogeo de su órbita de este año, momento en el que se encontró más lejos, tuvo lugar el 31 de octubre, y estaba a 406.667 kilómetros, casi 50.000 kilómetros más lejos. Según los datos de la NASA, la Luna aparecerá un 14% más grande y un 30% más luminosa en comparación con su apogeo.

El término superluna fue acuñado en 1979 por el astrólogo Richard Nolle, quien lo utilizó para un artículo publicado en la revista Dell Horoscope.

cambio gradual Aún con todo, darse cuenta del cambio a simple vista no va a ser fácil. Además de que el acercamiento es gradual, la diferencia de tamaño en comparación con el tamaño absoluto del cielo que podemos ver sobre nosotros en un espacio abierto queda reducida a unas centésimas de grado. De 0,49 grados en su distancia máxima a los 0,56 grados en el momento más cercano. El cielo tiene 180 grados de lado a lado. Para hacerse a la idea, la punta del meñique con el brazo tapa aproximadamente un grado.

Para percibir la diferencia, lo mejor es poner juntas dos imágenes de una luna llena y de una superluna. O, si no, buscar una referencia, como un edificio con el que establecer la comparación.

La superluna se verá esta noche y se podrá disfrutar hasta la madrugada del martes. “El momento exacto en que la Luna se verá más grande y brillante de la habitual se producirá el lunes a las 14.45 horas”, aclara Armentia.

Javier Armentia no niega los cálculos de la NASA, pero insiste en que las superlunas son fenómenos normales, de hecho cada año hay tres o cuatro: el lunes no se va a ver una superluna, sino una “luna llena preciosa, como la de octubre”.

consecuencias físicas Puede ser que el anuncio de este fenómeno pusiese nerviosos a los que creen en sucesos paranormales que no tienen una base ni explicación en la ciencia.

En realidad, la superluna no tiene efectos sobrenaturales, “solo pequeñas consecuencias físicas sobre la tierra que no varían mucho de otras lunas”, expresa Armentia. La gravedad de la Luna causa las mareas oceánicas, y también un movimiento muy leve en las masas continentales, que es mayor cuando hay Luna nueva y Luna llena, ya que entonces el satélite y el Sol están alineados en el mismo lado, o en lados opuestos de la Tierra. El efecto es una ligera tensión y un pequeño aumento de la actividad tectónica que se salda en un incremento de menos del 1% en los terremotos y de la respuesta volcánica.