Cracovia - El papa Francisco invitó ayer a los jóvenes a que abandonen “la sofá-felicidad”, estar tirados en el sillón sin hacer nada, para levantarse y decidir su futuro, en su discurso ante más de un millón de ellos reunidos para la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en Cracovia. Con este ejemplo, Francisco lamentó la parálisis de muchos jóvenes de los que dijo “confunden felicidad con un sofá”. “Un sofá que nos ayude a estar cómodos, tranquilos, bien seguros. Un sofá -como los que hay ahora modernos con masaje incluido- que nos garantiza horas de tranquilidad para trasladarnos al mundo de los videojuegos y pasar horas frente a la computadora”, lamentó.
Francisco continuó con esta metáfora para denunciar entonces lo que llamó “la sofá-felicidad”, que hace que “poco a poco, sin darnos cuenta, nos vamos quedando dormidos, nos vamos quedando embobados y atontados mientras otros -quizás los más vivos, pero no los más buenos- deciden el futuro por nosotros”. Por ello, Francisco quiso sacudir las consciencias de los chicos y chicas y les dijo: “No vinimos a este mundo a vegetar, a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca, al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella”. Es verdad, les dijo el Papa, “que la droga hace daño”, pero, advirtió, “hay muchas otras drogas socialmente aceptadas que nos terminan volviendo tanto o más esclavos. Unas y otras nos despojan de nuestro mayor bien: la libertad”.
“Hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes”, les aconsejó. Para el pontífice, el tiempo que hoy estamos viviendo, “no necesita jóvenes-sofá, sino jóvenes con zapatos” y sólo acepta “jugadores titulares en la cancha, no hay espacio para los suplentes”. Y les invitó a que defiendan su dignidad y no dejen que sean los otros los que decidan su futuro”.
Francisco también se refirió a que a veces no se entiende lo que pasa en el mundo “porque sólo las vemos a través de una pantalla del celular o de la computadora”. Y valoró la necesidad de tener contacto con la vida y no “mediatizadas por las pantallas”, para sentir, así “la invitación a involucrarnos”.
Ante las guerras y las situaciones dramáticas del mundo, Francisco les animó a “no querer vencer el odio con más odio, vencer la violencia con más violencia o vencer el terror con más terror”. Aseguró que los jóvenes pueden enseñar a los adultos “a convivir en la diversidad, en el diálogo, en compartir la multiculturalidad, no como una amenaza sino, como una oportunidad: tengan valentía para enseñarnos que es más fácil construir puentes que levantar muros”. Y todos juntos pidamos que nos exijan transitar por los caminos de la fraternidad”.
El Papa señaló que “ya nunca puede haber hermanos rodeados de muerte y homicidios sintiendo que nadie los va a ayudar”, y animó a los jóvenes a rezar “por el sufrimiento de tantas víctimas fruto de la guerra”, y, en concreto, “por tantas familias de la amada Siria”. “Que de una vez por todas podamos comprender que nada justifica la sangre de un hermano”. - Efe