bangui - El papa Francisco llegó ayer a Bangui, la capital de la República Centroafricana. Se trata de la última etapa de su primera gira africana en lo que se considera una visita de alto riesgo por la volátil situación en el país africano. De hecho, esta se trata de la primera visita del Santo Padre a una zona de combate marcada por el enfrentamiento entre la mayoría cristiana y la minoría musulmana, a las que espera mandar un mensaje de reconciliación urgente.
Tras meses de relativa calma, al menos 100 personas han muerto desde septiembre -según cifras de Human Rights Watch- en los enfrentamientos que se han registrado en torno al PK5, único enclave musulmán de la capital.
En su visita, el Papa acudió a un campo de refugiados de Bangui e invitó a los hombres, mujeres y niños que viven allí a que todos sean “hermanos” independientemente de su etnia o religión.
“Podéis vivir en paz cualquiera que sea la etnia, la cultura, la religión, el estado social, pero todos en paz, porque todos somos hermanos”, subrayó el Pontífice tras coger el micrófono e improvisar un breve mensaje en italiano.
Francisco paseó durante unos 30 minutos entre la gente rodeado de al menos una docena de agentes de seguridad, dando la mano y bendiciendo a los niños.
Por su parte, la presidenta de la República Centroafricana, Catherine Samba-Panza, pidió “perdón” en nombre de la clase dirigente y de los responsables de lo que llamó “descenso a los infiernos”, en alusión a la violencia de su país, y animó a sus compatriotas a hacer lo mismo tras recibir al Papa. - Efe/E.P.