Bilbao - Ikuspegi elabora un Barómetro anual que mide las percepciones y actitudes hacia la inmigración extranjera y en cuya última edición se apreciaba una mejora en la imagen que la sociedad vasca tiene de los inmigrantes. Esos ligeros avances en la aceptación y comprensión de los que vienen de fuera y son diferentes podrían deshacerse si, como dice Gorka Moreno, los elementos que alientan la xenofobia se mantienen en el tiempo más allá de acontecimientos puntuales.
¿Los recientes atentados yihadistas han originado una oleada de xenofobia que ha llegado hasta Euskadi?
-No solemos utilizar los términos oleadas o campañas de xenofobia, pero sí es verdad que dentro de las actitudes hacia la inmigración o hacia el extranjero hay estados de ánimo y acontecimientos como los de París influyen en ellos. Es evidente que tras acontecimientos tan bestias estos estados de ánimo negativos, que normalmente son temporales y no definitivos, pueden perdurar más en el tiempo.
Entonces ¿se percibe xenofobia?
-Más que de xenofobia yo hablaría de islamofobia, que es con lo que nos encontramos. Lo que hay, sobre todo, es un rechazo fuerte hacia la población musulmana y eso no es un estado de ánimo, es una constatación a lo largo del tiempo. En nuestro Barómetro lo vemos recurrentemente: el colectivo extranjero que tiene menor grado de simpatía es el musulmán y eso se observa tanto a nivel del País Vasco como a nivel estatal e incluso europeo. Hay una ola de islamofobia muy, muy fuerte y el auge de partidos de ultraderecha en Europa es un claro ejemplo. Dentro de estos partidos ultraderechistas yo veo un discurso más islamófobo que xenófobo.
¿Se observa más rechazo hacia los musulmanes que hacia los colectivos africanos o latinoamericanos, por ejemplo?
-En nuestra sociedad hay elementos de xenofobia frente al extranjero, al diferente, pero creo que gran parte se concentra en el colectivo musulmán o árabe. En nuestro caso se concentra contra las personas procedentes del Magreb, también de Pakistán, pero sobre todo del Magreb. Eso se explica por diferentes factores, que pueden ser de corte histórico, por su situación de vulnerabilidad, por sus diferencias culturales... Lógicamente el terrorismo del Estado Islámico y de otros grupos terroristas hace un flaco favor y no favorece que este bajo grado de simpatía pueda aumentar.
¿Cree que los atentados yihadistas están siendo más dañinos para la imagen de los inmigrantes que los casos de fraude en la Renta de Garantía de Ingresos?
-No me atrevería a decir si son más o menos dañinos ya que son temas que se sitúan en ámbitos muy diferentes. En el caso de las ayudas sociales nos movemos en el ámbito del mantenimiento del Estado del bienestar y quizás es un tema más coyuntural, porque pierde fuerza en un periodo de bonanza económica y coge fuerza en tiempos de recesión. En cambio, el tema relacionado con la islamofobia se suele mantener a lo largo del tiempo, deriva en actitudes asimilacionistas, es decir en un rechazo a la diversidad cultural, y tiene más solidez y consolidación a lo largo del tiempo.
¿Teme que el próximo Barómetro de Ikuspegi muestre un deterioro de la imagen de los inmigrantes?
-Todavía no se puede decir que vaya a haber un deterioro, porque las percepciones hacia los inmigrantes muchas veces son estados de ánimo y habrá que ver de aquí a tres o cuatro meses cuál es la situación. El Barómetro se hace una vez al año y no recoge la percepción social con la misma inmediatez que las encuestas del CIS, que son trimestrales.
¿No prevé ningún efecto?
-Estos atentados son como una piedra que cae en el agua y crea ondas. No sé si cuando realicemos el trabajo de campo del Barómetro estos hechos todavía van a estar creando olas. En cualquier caso, es obvio que si hay una espiral de ataques terroristas, si la situación en Siria se pone más complicada o hay alguna intervención de Europa, la sociedad se verá influida. Pero habría que ver hasta qué punto esto influye en la opinión general o solo en lo relacionado con la diversidad cultural, por ejemplo.
También se ha dicho que los atentados yihadistas pueden perjudicar la campaña de acogida de refugiados, ¿se ha medido la aceptación de los refugiados por parte de la sociedad vasca?
-El Barómetro 2015 está hecho antes de las oleadas de refugiados más grandes, pero es un tema que tendremos que valorar. Seguramente en el nuevo Barómetro incluiremos algunas variables relacionadas con el fenómeno de los refugiados, trataremos de medir el grado de aceptación social, la percepción del nivel de acogida que podemos tener y su intensidad. Es probable que lo incorporemos porque el tema de los refugiados, aunque haya perdido un poco de fuerza en las últimas semanas, sigue siendo relevante.