Bilbao - El conductor del autocar accidentado en Lille fue imputado ayer por “heridas involuntarias” y “violación deliberada de una obligación particular de seguridad o prudencia”, pero ha quedado en libertad bajo control judicial. Fuentes judiciales señalaron que el chófer puede regresar inmediatamente a Euskadi, con la obligación de responder a las distintas convocatorias que reciba hasta la fecha del juicio, que podría celebrarse dentro de entre 12 y 18 meses.
El conductor, que trabaja para una empresa de Bermeo, puede volver a conducir en el Estado español, pero no podrá ejercer su actividad en Francia hasta que haya sentencia. El juez de instrucción ha retenido los cargos solicitados por la Fiscalía, por los que podría recibir una pena de tres años de cárcel y 45.000 euros en el caso de la “violación manifiestamente deliberada” de la obligación de seguridad o prudencia, y una multa de 1.500 euros por las heridas involuntarias.
El conductor permaneció detenido desde el accidente, ocurrido el domingo a las 05.30 horas, hasta ayer por la tarde, cuando declaró ante el juez. La investigación abierta a raíz del accidente incluye el examen del cronotaquígrafo, un dispositivo que registra las actividades de los vehículos destinados al transporte de personas o mercancía, para ver si circulaba a mayor velocidad de la permitida.
El artículo 222-19 del Código Penal francés describe el delito contemplado como las lesiones a terceros por “torpeza, imprudencia, falta de atención, negligencia u omisión de la debida atención a una obligación de seguridad o de prudencia”.
Se fió del GPS El conductor, que dio negativo en las pruebas de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron el domingo, admitió durante su interrogatorio ante la Fiscalía que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta. La dirección por la que le llevó el dispositivo electrónico le hizo pasar por el minitúnel del Gran Bulevar en el barrio de La Madeleine, cuyo límite de altura es de 2,60 metros, mientras que el vehículo siniestrado medía un metro más.
El embajador de España en Francia, Ramón de Miguel, señaló ayer ante la prensa que el conductor está “muy traumatizado” y recibiendo asistencia de los servicios consulares que se encargan “de la defensa de los españoles con problemas jurídicos en este país”. El diplomático espera que el juez valore que no ha habido víctimas mortales y que los pasajeros se están recuperando.
“Me parece que ese paso no tenía la señalización suficiente. No tenía el arco con cadenas que se suele poner porque lo había roto un camión, ni tampoco advertencia luminosa, y a esa hora es muy difícil pensar que es un túnel en esas circunstancias”, señaló De Miguel. Por ello, consideró que “todo parece indicar que era difícil haberlo visto”, pero tal y como agregó, “la investigación lo determinará”.- Efe/DNA