MADRID. Hiroshi Imanaka , científico investigador en el Instituto SETI y especialista en la química de las atmósferas planetarias, es parte de este equipo recientemente seleccionado. A su juicio, esta "multitud" de expertos puede ayudar a la búsqueda de vida. "Un objetivo importante de la comunidad ha sido encontrar mundos que orbitan en la llamada zona habitable", ha recordado.

Sin embargo, hallar agua líquida no es la única condición bajo la cual puede existir vida. Algunas de las lunas de Júpiter y Saturno son ejemplos de lugares que no están en la zona habitable convencional, pero podría ser, no obstante, habitables. Por ello, Imanaka ha indicado que la intención es "tomar medidas adicionales para caracterizar ambientes habitables que están más allá del Sistema Solar".

El estudio de los planetas alrededor de otras estrellas --exoplanetas-- es un campo relativamente nuevo. Desde el lanzamiento del telescopio espacial Kepler de la NASA hace seis años, se han encontrado miles de candidatos a exoplanetas y es esta repentina tormenta de nuevos mundos ha impulsado los esfuerzos para saber si había alguna pista de presencia biolólogica, como el oxígeno o el metano en sus atmósferas.

El descubrimiento de los exoplanetas ha sido, en gran medida, el trabajo de los astrónomos, pero son los científicos y los astrobiólogos lo que tienen experiencia para caracterizar ambientes planetarios y examinarlos. La intención de NExSS es traer profesionales de estas disciplinas múltiples y juntarlos para que puedan colaborar en el esfuerzo, no sólo para encontrar exoplanetas, sino para ver si en alguno puede haber vida.

PRIMER OBJETIVO: TITAN

Imanaka y sus colegas han investigado un mundo que pueda dar pistas útiles en este empeño: Titán, la luna más grande de Saturno. "Hemos estudiado mucho la química orgánica de esta intrigante luna, que está envuelta en una atmósfera densa y que tiene lagos de metano líquido y etano. También hemos investigado la niebla orgánica de su atmósfera", ha precisado el científico.

En este sentido, ha explicado que "es posible que Titán pueda albergar vida, pero lo cierto es que también puede enseñar a los expertos acerca de los mundos pre-bióticos, ya que está produciendo los compuestos orgánicos más complejos conocidos fuera de la Tierra".

"Y gracias a sus temperaturas excesivamente bajas, todas las reacciones químicas en Titán son lentas. Es un mundo en cámara lenta, y es por eso que nos puede decir mucho acerca de las condiciones de la Tierra primitiva, y tal vez en algunos exoplanetas, también", ha añadido Imanaka.