Bruselas - Tras el siniestro del avión de Germanwings en los Alpes franceses, muchas aerolíneas, entre ellas Lufthansa, habían anunciado su intención de modificar los protocolos de actuación para garantizar que en la cabina del avión haya en todo momento durante el vuelo dos tripulantes. Ayer la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA en sus siglas en inglés) hizo suya esta opinión al emitir una recomendación temporal en la que pide a todas las compañías aéreas que garanticen que habrá “al menos dos personas autorizadas a estar dentro de la cabina en todo momento”, señalan en un boletín publicado ayer.
La sugerencia se produce a raíz de la información hecha pública por la fiscalía francesa y según la cual el copiloto del vuelo 4U9525 de Germanwings, Andreas Lubitz, habría supuestamente estrellado el aparato con 149 personas a bordo aprovechando que el comandante se ausentó de la cabina para ir al servicio. Según la normativa vigente en Europa, los dos pilotos de la nave deben permanecer como norma general dentro de la cabina pero pueden ausentarse por motivos fisiológicos y por razones operacionales sin que ninguna regla diga que tengan que ser reemplazados durante este periodo por otro miembro de la tripulación.
Esto es lo que ahora propone modificar la EASA, tras analizar la información disponible sobre el siniestro y tras consultar con los Estados miembros, en línea con las precauciones que ya aplican muchas aerolíneas especialmente las de Estados Unidos. “La agencia recomienda a los operadores que revalúen los riesgos de seguridad asociados al momento en el que los miembros de la tripulación abandonan la cabina debido a necesidades operacionales o fisiológicas en las fases no críticas del vuelo (fuera del despegue o el aterrizaje)”, señala el comunicado.
No es obligatoria La propuesta no es obligatoria. Es más, la agencia deja la puerta abierta a que las compañías tomen las medidas que consideren más oportunas para lidiar con los riesgos de forma que o bien garanticen dos personas en cabina o bien establezcan medidas correctoras equivalentes para mitigar los riesgos. Y es que esta agencia, en la que participan además de los 28 Estados miembros países como Islandia, Suiza o Noruega, solo tiene capacidad de imponer normas cuando atañen a cuestiones técnicas del aparato y la navegación. En el resto de casos, solo pueden emitir recomendaciones.
No es la primera vez que los gobiernos se ven obligados a reaccionar a golpe de catástrofe. Ya lo hicieron tras los atentados del 11-S en Estados Unidos que llevaron a los gobiernos a incluir restricciones de líquidos, un mayor control en el acceso a los aviones y también a modificar las puertas de la cabina. Hasta entonces, eran normales, incapaces de resistir la entrada de un intruso. A partir de entonces se optó, bajo un estándar internacional, por instalar puertas herméticas, con la posibilidad de ser bloqueadas desde el interior. Un sistema que precisamente habría impedido al comandante del vuelo de Germanwings volver a entrar en la cabina del aparato. “La normativa de la cabina era para impedir la entrada. El hecho de que las aerolíneas hayan decidido tener dos personas es proteger la cabina y que nadie pueda entrar”, insistieron ayer sobre una medida que defiende porque ha permitido evitar muchos ataques terroristas y secuestros.
Aunque fuentes de la Comisión habían descartado ayer por la mañana la adopción urgente de medidas, finalmente la agencia optó por seguir las voces que pedían cambios. La decisión de momento será temporal y será reexaminada en función de la información que vaya surgiendo durante la investigación. “Es un poco pronto para realizar una revisión detallada pero si hay algo que revisar se hará. Esperaremos a conocer los resultados más concretos de la investigación técnica abierta en paralelo a la investigación judicial”, aseguran.