Madrid - La Guardia Civil desarticuló ayer, con la detención de cinco personas, una banda paquistaní que introducía en el Estado español inmigrantes de su nacionalidad con fines de explotación laboral. La operación, que anoche continuaba abierta, se desarrolló en la CAV Navarra, La Rioja y Aragón, y fue coordinada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Tutera.

La red utilizaba establecimientos de kebab y locutorios de Calahorra (La Rioja) y Tutera como tapaderas para sus actividades ilícitas. La Guardia Civil atribuye a la banda la comisión de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros (favorecimiento de la inmigración clandestina), trata de seres humanos, falsedad documental y contra los derechos de los trabajadores. Según los investigadores, los detenidos formaban un grupo criminal asentado en el Estado desde al menos el año 2007, que tendría por finalidad facilitar la salida de Pakistán a inmigrantes hacia Europa de modo fraudulento mediante pago de importantes cantidades de dinero.

Cuando conseguían introducirlos en Europa, el grupo les alojaba en viviendas controladas por la banda y la mayoría de ellos sufrían explotación laboral en condiciones infrahumanas en distintos negocios de la trama. En esta situación permanecían al menos tres años, hasta que tenían saldada la deuda que contrajeron para llegar y conseguían su residencia regular alegando su arraigo social.

Algunos de los detenidos disponían de “fluidas relaciones” en la comunidad paquistaní, en la que dispondrían de “facilitadores” que les proporcionarían el acceso a documentaciones para obtener la regularización de los inmigrantes trasladados desde Pakistán de modo ilícito. - Efe

Kebab y locutorios. La red utilizaba establecimientos de kebab y locutorios de la localidad riojana de Calahorra y de Tutera como tapadera para sus actividades ilícitas.

Explotación laboral. Los inmigrantes ilegales pagaban importantes cantidades de dinero a la banda, que los alojaba en pisos y lo explotaba laboralmente.

‘Facilitadores’. Los detenidos tenían “fluidas relaciones” con la comunidad paquistaní, en la que dispondría de “facilitadores” para lograr documentos.