¡qué semanita hemos tenido! Esta vez datos sí que los ha habido. Por fin estamos en la cabeza de nacimientos, hasta en esto se empieza a notar la telebasura que tenemos. Nuestra economía crece casi dos puntos empujados por Bizkaia, ya que en Araba y Gipuzkoa seguimos cayendo. Preocupación social por la corrupción: el 68% en España (en Euskadi el 8%, también en esto somos diferentes). Huelga de sindicatos en Osakidetza, aunque el 89% de los trabajadores no la secunda. Enésima mentira de Bankia? Vamos, una semana sembradita de datos.

Sin embargo, y ya que se ha encendido el árbol de Navidad de Rockefeller Center y el espíritu positivo navideño nos empieza a afectar, hoy toca hablar del dato con el que me ha venido la carcajada. Además lo agradezco en el alma, ya que cuando uno va cumpliendo años valora más el troncharse de risa. Esta semana toca la última marotada tortillera del alcalde vitoriano, la Spanish-tortilla-gate, ¡todo un récord!

45.000 eurotes nos costó el evento tortillil de Maroto, que a 10.000 raciones que se obtuvieron de allí, asciende a un total de 4,5 euros el pintxo. ¡Jodo! como bilbainada no sé yo si se libraría el asunto, pero para una ciudad austera, antifraude, green y Gastronómica Capital es, cuando menos, una frivolidad típica del frío, calculador y electoral Maroto. Si por lo menos lo hubiera pagado él o su partido. Pero no, a escote cualquiera se pega semejantes sobradas.

Además lo viste de récord Guinness. Y digo yo, para optar a un récord qué menos que saber cuál es la marca a batir y las reglas que hay que cumplir. Pues nada, éste como la Armada Invencible, todo para delante y a conquistar el mundo.

Pero hermano; se ha encontrado con la ilustre y ordenada Armada Inglesa en forma de serios y rigurosos jueces del Guinness, que por muy alcalde del PP que sea en territorio vasco, le ha parado los pies por intentar trampear. ¡Jolín con el campeón anti fraude de Gasteiz!, ¡jolín con el riguroso del dinero público! Pues esta vez le han hundido en el Estrecho de Trafalgar británico y le han dejado poco menos que desnudo en medio de la calle Dato y eso por estas fechas en esta ciudad es peligroso.

Si fuera sólo esto, pues nada, se le pone un abriguito y se le manda para casa o para Madrid que tanto le gusta ir los fines de semana, y además ahora tiene un amigo ministro, pero el problema, y este sí que es serio, es que una vez más ha conseguido que los vecinos de Gasteiz quedemos como medio-tontos allende nuestras fronteras.

Ya no es sólo la imagen que el alcalde ha proyectado de la ciudad en el Estado utilizando a los extranjeros como ariete electoral, sin solucionar el problema que para eso está. Además está trasmitiendo una imagen al exterior de una Gasteiz intransigente y conflictiva creando a la vez, internamente, ciertos conatos violentos donde antes éstos no ocurrían. Pues ahora con el caso tortilla, además de ser el hazmerreír en los programas de humor, salimos en los medios internacionales como la “tramposa ciudad española”.

Como antes decía, esta última marotada me la he tomado a risa. Total, nos sale a 0,20 euros por vitoriano la tontería, pero ya vale de fuegos artificiales y hacer el “ridícalo”, como diría Fofito. Si no sabe solucionar los problemas de los gasteiztarras, si sólo sabe crispar a una sociedad tranquila y manchar el buen nombre de nuestra ciudad, lo mejor es que marche usted a tomar un pintxo de tortilla a 4,5 euros y deje a sus vecinos tranquilos o le acabarán echando por calamidad.