MADRID. El informe, que ofrece todo un balance de datos relativos a migraciones y asilo junto a referencias de las políticas que se han ido adoptando en consecuencia, llama la atención sobre el hecho de que el año pasado llegaron por vía marítima 40.000 personas a la UE, de las que "al menos 600 se cree que perdieron la vida" en el intento. Más de 360 lo hicieron junto a la isla italiana de Lampedusa el 3 de octubre.
En total, los Estados interceptaron a 77.140 personas entre enero y septiembre de 2013 que intentaban cruzar ilegalmente las fronteras de la Unión Europea, cifra que, según el informe, se incrementó "significativamente" a partir de julio por el recrudecimiento de la crisis siria, afectando especialmente a la costa italiana.
En cuanto a la respuesta de los Estados, en 2013 disminuyó el número de detenciones de inmigrantes, con 386.230 personas frente a las 433.665 del año anterior en toda la UE. En paralelo, los distintos gobiernos ejecutaron la devolución a terceros países de 166.470 ciudadanos extracomunitarios.
En lo que respecta al asilo, las solicitudes ascendieron en 2013 a 434.160, cien mil mas que el año anterior, y el 12% procedía de ciudadanos de Siria. No obstante, de los más de 2,3 millones de sirios que han huído del país desde que estalló el conflicto en 2011, sólo unas 82.730 han pedido protección en la UE-17, la mayoría se refugian en Líbano, Turquía, Jordania, Irak y Egipto.
También fueron numerosas las solicitudes de asilo cursadas por nacionales de Rusia, Afganistán, Serbia, Paquistán y Kosovo, según el informe. De todos los solicitantes, 112.730 recibieron protección en primera instancia (49.510 refugiados, 45.540 con protección subsidiaria o 17.685 por razones humanitarias), lo que supone un 35% de todas las decisiones de primera instancia adoptadas.
El número de menores no acompañados que solicitaron protección internacional se mantuvo igual a 2012, con 12.425 solicitudes, de las que los grupos más amplios procedían de Afganistán (3.310), Somalia (1.580), Siria (1.010) y Eritrea (715). El grueso de las peticiones fueron aceptadas en Suecia, Alemania, el Reino Unido, Austria e Italia.
El informe ofrece además información sobre el dinero que la Comisión Europea ha destinado a los Estados miembros en concepto de medidas de emergencia para migraciones y asilo, especialmente en relación al éxodo de ciudadanos sirios. Ocho Estados miembros entre los que no está España recibieron fondos por importe de 36,34 millones de euros en este sentido.
Grecia, por su parte, percibió 82,7 millones en apoyo a la revisión de su plan de actuación en materia de migración y reforma del sistema de asilo, que según el informe, "es ahora la referencia dentro de la UE en la gestión de la presión migratoria y las carencias globales". También Chipre (2,7 millones) y Bulgaria (5,56 millones) recibieron fondos europeos de emergencia para inmigración.
LOS INMIGRANTES, EL 4% DE LA POBLACIÓN EUROPEA
En total, al cierre de 2013 se contaban en la UE 503 millones de habitantes, de los que el cuatro por ciento, unos 20,4 millones de personas, eran de terceros países. A lo largo del año 2012 se concedieron para estos casos 2,1 millones de permisos de primera residencia, de los que un 32% fue por reagrupación familiar, un 23% para trabajar, el 22% por estudios y el 23% por otras razones (incluida la protección internacional).
En su mayoría, los beneficiarios de estos permisos de residencia procedían de Estados Unidos (200.000, el 9,5% del total), Ucrania (163.000), China (163.000) e India (157.000), cada uno de los cuales representa el 7 o 7,5% del total.
Además, entre el 5 y el 2,5% de las autorizaciones se concedieron a nacionales de Marruecos (102.000), Rusia (66.000), Filipinas (62.000), Turquía (59.000) y Brasil (51.000).
"Ha habido avances importantes en ciertas áreas de gestión de la migración (...) La UE debe emprender una labor decidida para impedir que los inmigrantes pierdan la vida intentando alcanzar las costas europeas y redoblar el combate contra la delincuencia organizada que medra con el contrabando y la trata de seres humanos", concluye el informe.
Según dice la Comisión, "la UE debe garantizar la seguridad de las fronteras de Europa con adecuados canales legales de entrada" y "debe redoblarse el trabajo para combatir la violencia y la discriminación contra inmigrantes y fomentar activamente su integración en nuestras sociedades, así como para luchar contra el racismo y la xenofobia, factores que afectan a la cohesión social y pueden amedrentar a los inmigrantes, incluidos los altamente cualificados, para elegir un destino europeo".