BARCELONA. Tres equipos de investigadores de estos centros, liderados por el profesor Carles Enrich, han constatado que el colesterol desempeña un papel fundamental en la capacidad de las células para moverse e invadir otros tejidos.
Los resultados del estudio muestran que la acumulación en las células de colesterol LDL (low-density lipoproteins) parece clave para potenciar la movilidad celular y que, en cambio, altos niveles de colesterol HDL (high-density lipoproteins) podrían evitar la propagación celular.
Según ha informado la UB, el estudio es relevante para entender mejor la metástasis en el cáncer -el proceso por el que las células cancerígenas invaden los tejidos sanos- y contribuye al debate sobre la relación entre los niveles de colesterol y la incidencia de cáncer.
En la investigación, publicada en la revista 'Cell Reports', también han participado Daniel Grinberg y Lluïsa Vilageliu, del Departamento de Genética de la Facultad de Biología; Joan Blasi, del Departamento de Patología y Terapéutica Experimental de la Facultad de Medicina; y el Instituto Garvan de Investigación Médica, de la Universidad de Sydney, la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia) y la Universidad de Hamburgo (Alemania).
El trabajo se ha realizado a partir de experimentos con cultivos celulares de pacientes con la enfermedad de 'Niemann-Pick', que padecen una anomalía genética que provoca la acumulación de colesterol dentro de la célula, lo que causa distintos trastornos motores y neurológicos.
"Generalmente se entiende que el colesterol, uno de los principales lípidos de nuestro cuerpo, está en la sangre, pero poca gente se cuestiona qué hace este colesterol dentro de la célula", ha explicado Carles Enrich.
"Dentro de la célula -ha dicho- el colesterol tiene diferentes funciones, y además de ser básico para fabricar las membranas, también modula el transporte vesicular. Ahora hemos visto que este colesterol es clave para regular otros mecanismos como el movimiento y propagación celular y, por tanto, para la metástasis".
La mayoría de las células de nuestro cuerpo se adhieren a las células vecinas a través de las integrinas, unas moléculas tipo velcro situadas en la superficie celular.
Los investigadores de la UB han examinado cómo se mueven las integrinas en el interior de las células y han descubierto el papel clave del colesterol.
Según Enrich, esta investigación abre nuevas oportunidades terapéuticas respecto al control de la metástasis y a la estrategia que debe seguirse en personas con cáncer que a la vez tienen problemas de colesterol.
"Debe tenerse en cuenta que los fármacos recomendados para regular el colesterol pueden estar modificando la capacidad de migración de las células. Por ello es muy importante avanzar hacia la personalización de los tratamientos", ha advertido Enrich.
Para estos investigadores, el reto ahora es entender por qué el colesterol se queda inmovilizado en el interior de la célula.
"Queremos estudiar qué mecanismos en la membrana del endosoma -la estructura donde va a parar todo lo que entra en la célula- bloquean el tráfico intracelular y por qué el colesterol se queda retenido, con los inconvenientes que ello supone para la salud", ha concluido Carles Enrich.