Gasteiz - Los pacientes crónicos están sometiendo al sistema sanitario público al mayor test de estrés económico jamás imaginado. De hecho, solo el 1% de la población de Euskadi es responsable del 21% del gasto sanitario de la comunidad autónoma, según revela un estudio de The Boston Consulting Group (BCG) patrocinado por Lilly. Este trabajo titulado Cronos: hacia el cambio de paradigma en la atención a enfermos crónicos, pone de manifiesto que la implantación de nuevos modelos de gestión podría suponer ahorros de entre 400 y 600 millones de euros para la sanidad vasca en 2020.
Según las estimaciones de futuro realizadas, de seguir tratando enfermedades crónicas como la diabetes, la insuficiencia cardiaca, EPOC o la osteoporosis con el modelo actual, el coste de su tratamiento podría alcanzar los 78.000 millones de euros dentro de apenas seis años, un 45% más de presupuesto que en la actualidad. No en vano, todos los estudios coinciden en que un enfermo crónico consume 47 veces más que uno no crónico y se calcula que cada año entran al sistema 8.500 nuevos enfermos de este tipo. Las personas con enfermedades incurables ya absorben siete de cada diez euros del gasto sanitario, una tendencia que el actual sistema de salud no podrá soportar a medio plazo.
El informe pone sobre la mesa cómo un cambio de la gestión actual de las enfermedades crónicas, respaldado principalmente en la proactividad del paciente y en la coordinación de los diferentes agentes que intervienen en la prestación sanitaria, influiría positivamente en el futuro del sistema público de salud. En el informe han participado a titulo individual expertos de ámbito clínico, de la gestión sanitaria y de la administración pública.
El País Vasco fue una de las comunidades pioneras en reformar la atención a los enfermos crónicos y el primer paso se basó en clasificar a su población en función de su nivel de salud (o riesgo de enfermedad) y de su necesidad de recursos. Esta estrategia permite invertir en la prevención y el seguimiento del estado de salud de individuos de alto riesgo. Esto se traduce en un considerable ahorro para el sistema, evitando costosos episodios asociados a urgencias y reingresos no programados. Euskadi también ha sido pionera en la implantación de programas de prevención y educación de pacientes. En concreto, ha desarrollado el programa europeo DE-Plan para controlar la diabetes a través de la actividad física, los buenos hábitos de vida y la dieta, y el proyecto Paziente Bizia, un programa para educar a los pacientes crónicos en su enfermedad y autogestión que cuenta con más de 700 adscritos.
Actualmente las enfermedades crónicas afectan a más de 19 millones de personas en España, son responsables de más de 300.000 muertes al año y suponen aproximadamente el 75 % del gasto del Sistema Nacional de Salud.