Gasteiz- Habla con pasión sobre el cambio climático y su afección a nivel planetario, pero también a una escala más local: Euskadi.

Este quinto informe del Panel ¿es el más devastador y concluyente?

-Las conclusiones del informe del IPCC inciden sobre cuestiones que ya se habían puesto de manifiesto en su informe de 2007, pero ahora con mayor rotundidad y solidez, si cabe. Nos recuerda que el cambio climático está ocurriendo y tiene incidencia sobre los sistemas ambientales, pero también sociales y económicos. A escala mundial, y como consecuencia de aumento de temperatura media de 2ºC, se prevén daños anuales por valor de entre un 0,2% y un 2% de la renta mundial, sin incluir cuestiones como los eventos extremos.

Pues vaya panorama?

-Si queremos proteger nuestro estilo de vida, nuestra actividad económica y nuestra cultura debemos cuidar del medio ambiente. Y eso significa, por un lado, reducir emisiones de gases efecto invernadero mediante el ahorro y la eficiencia energética, promover las renovables, la movilidad sostenible, la gestión adecuada de nuestros residuos y el consumo racional, entre otros para reducir los impactos a largo plazo; y por el otro, adaptarnos a los cambios que ya están ocurriendo como consecuencia de emisiones en el pasado, conociendo mejor los impactos esperados, reduciendo la vulnerabilidad de nuestra infraestructuras, promoviendo cambios de hábitos, introduciendo nuevas prácticas agrícolas y pesqueras, etc... Sin olvidar que hay que frenar la deforestación.

Vamos, que el futuro de la Humanidad sigue pintando mal?

-Si no somos extremadamente eficaces a la hora de lograr reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial en próximos años, los aumentos de temperatura a los que nos deberemos enfrentar y sus impactos serán realmente serios en casi la totalidad del planeta. Existe una gran preocupación respecto al hecho de si nos estamos aproximando a un punto de no retorno.

¿Y lo estamos haciendo?

-El informe incide en una idea muy importante: vamos demasiado despacio en el desarrollo de políticas climáticas globales. Aún hay tiempo, pero muy poco. Es necesario que en la cumbre de las Naciones Unidas de París en 2015 se alcancen acuerdos ambiciosos en al menos tres aspectos: la reducción de emisiones, evitar la deforestación y los compromisos financieros para apoyar a los países en vías de desarrollo.

¿Y cómo se encuentra Euskal Herria en esta carrera contra el reloj?

-A mi juicio está bien, bastante bien posicionada. Tenemos una sociedad concienciada, unos agentes económicos relativamente comprometidos y unos gestores públicos implicados y muy capaces de hacerlo bien. El reto está en mantener los esfuerzos que hemos venido haciendo hasta ahora y seguir avanzando en la integración de la variable de cambio climático en otras políticas sectoriales como la industrial, la energética o la de transporte. El mundo tiene que hacer un esfuerzo importante para llegar a un acuerdo en esa próxima cumbre de París en 2015 y Euskal Herria debe, dentro de sus posibilidades, contribuir al esfuerzo y estar preparada para los cambios que estamos sufriendo.

Dice "que estamos sufriendo". ¿Ya?

-Y lo será también en el futuro. Los impactos son, entre otros, el aumento del nivel del mar, el cambio en el régimen de precipitaciones, cambio en la dirección e intensidad de las marejadas, aumento de los periodos de escasez de agua en la cuenca Ebro, pérdidas de biodiversidad, etcétera. Algunos impactos que están ocurriendo han sido constatados fehacientemente, y otros se estima que ocurrirán a medio y largo plazo. Afortunadamente, los impactos que estamos sufriendo son aún gestionables y el nivel de desarrollo del país permite ser optimistas respecto a la capacidad para adaptarnos a los cambios; siempre y cuando se apueste por políticas climáticas ambiciosas.

El ser humano es el responsable principal, pero también está en su mano la solución. ¿Es optimista?

-Sí, sí que lo soy porque no nos queda más remedio y porque hay gente muy capaz trabajando duro para lograrlo. A veces pienso que me encantaría que todo esto fuera un mal sueño que se esfumase una mañana al levantarme, pero me temo que no va a ser así. Tendremos que seguir esforzándonos por cuidar de nuestro planeta. - J.Fernández