ZARAGOZA. Aunque por el momento se investiga el origen de los huesos encontrados anoche en una parcela ubicada junto al Guadalquivir y no se da nada por sentado, lo cierto es que el hallazgo de los restos en esta escombrera pone el punto de mira en la efectividad de la prueba P300 o del Potencial Evocado Cognitivo, realizada en el Hospital Miguel Servet por el doctor José Ramón Valdizán.

Hasta que se confirme o descarte que los restos son de Marta del Castillo, el neurofisiólogo ha rehusado entrar a valorar el asunto aunque ya, desde un principio, cuando se sometió Carcaño al test el pasado 6 de marzo, el especialista ha defendido su utilidad.

Según ha dicho a Efe Valdizán, algunas imágenes que se le mostraron a Carcaño daban a la prueba "un cien por cien de probabilidades" de que la víctima estuviera en el lugar, aunque desconoce el contenido de las mismas porque él estaba en otra sala distinta a la del asesino confeso.

Este test tenía como finalidad orientar la búsqueda del cuerpo de la joven sevillana, desaparecida en enero de 2009, mediante una técnica clínica que, hasta entonces, solo había autorizado un juez en Zaragoza para tratar de encontrar el cadáver de una mujer asesinada por su marido en Ricla.

La prueba P300 es "más complicada" que la que realiza la denominada máquina de la verdad, de uso frecuente en Estados Unidos, porque se trata de búsqueda de restos en diferentes lugares y no trata de dilucidar "la verdad o la mentira", según explicó en su día Valdizán, que realizó la prueba tanto a Carcaño como a Losilla.

En el caso de Marta del Castillo, el objetivo del estudio era averiguar si Carcaño tenía recuerdos del lugar donde ocultó su cadáver después de que haya dado hasta siete versiones diferentes que han llevado a que las reiteradas búsquedas del cuerpo hayan sido infructuosas hasta la fecha.

Carcaño se desplazó a la capital aragonesa el pasado 6 de marzo para someterse a este test en el que se le colocó un "gorro de electroencefalografía" para registrar su actividad cerebral en una máquina mientras en un ordenador, ubicado en una habitación aislada, se proyectaban fotografías y frases relacionadas con la búsqueda de los restos de Marta del Castillo.

El doctor y la enfermera estaban en una habitación distinta a la de Carcaño, que en todo momento se mostró frío y colaborador.

El test realizado a Carcaño se prolongó durante sesenta minutos. En total se le mostraron veinte imágenes, entre fotografías de lugares que le podían provocar alguna reacción cerebral al reconocerlos, así como frases sueltas.

Carcaño aceptó someterse voluntariamente a este test y su presencia despertó gran espectación tanto de los medios de comunicación concentrados a la puerta del centro sanitario como de los pacientes del mismo y personas que se apostaron en las inmediaciones, algunas de las cuales profirieron gritos de "asesino".

Una vez hecho el test, el pasado 6 de marzo, el doctor Valdizán se mostró "convencido" de que su resultado ayudaría a la investigación y desde hace tres semanas se busca el cadáver de la joven sevillana en una escombrera de Camas en la que anoche se encontraron restos óseos.

La parcela está junto a un puente sobre el Guadalquivir desde el que, en su primera versión de los hechos, el asesino confeso dijo que arrojó el cuerpo de la joven al río.