domingo Ramos ya no puede más. Este vecino de Gasteiz de 67 años, residente en el barrio de Lakua-Arriaga, pone voz a un conflicto cada vez más enquistado que afecta a su comunidad de propietarios y que en última instancia ha provocado el corte del suministro que permite funcionar al ascensor. El motivo no es otro que las deudas que los vecinos acumulan con la empresa encargada del mantenimiento de este servicio básico, que superan ya los 3.000 euros.
El problema es que, según denuncia Ramos, de las 26 unidades familiares que residen en este bloque ubicado en la calle Voluntaria Entrega únicamente acceden a pagar las cuotas de la comunidad "siete u ocho". Ésta, en consecuencia, cuenta actualmente con un enorme agujero de 9.900 euros, la cantidad total que según Ramos deben los "morosos" a la colectividad, lo que hace ya imposible hacer frente a ningún tipo de pago, obra o reforma. Un círculo vicioso que ha hecho ya insostenible la convivencia en esta comunidad.
El bloque, donde viven muchas personas mayores, algunas de ellas discapacitadas, acumula ya dos meses sin ascensor. Hasta el punto de que más de un vecino se ha planteado marcharse a vivir a otro lugar, como ya hizo una vecina de más de 100 años que, recientemente, se tuvo que ir con su hija.
La enorme tensión que le genera este problema ha llegado a afectar a la salud de Ramos, que hace cuatro años sufrió un infarto. Los impagos vienen de atrás, según denuncia. "La gente está muy quemada", advierte este vecino. "Esto es una vergüenza, porque yo no debo nada a la comunidad. Además, el año pasado pagué una derrama de 400 euros y el anterior, de 200, cuando ha habido gente que nada", añade.
La enorme fractura que afecta a esta comunidad aventura un futuro complicado, en el que una posible mediación institucional no tiene visos de solucionar el problema. Por el momento, no se ha planteado acudir a Bizilagun. El caso se encontraría fuera de las competencias del Servicio municipal de Mediación Vecinal. "Creo que vamos a tener para rato", lamenta Ramos.