Situado en el corazón de la ciudad, el Albergue de la Catedral, el de Vitoria, palpita excelencia. Tras nueve meses de andadura, se ha convertido en el alojamiento con la mejor puntuación entre los internautas. Un 9,4. Sobresaliente clarísimo. El único en toda Gasteiz. No hay hotel que le haga sombra, por mucho que le tililen las estrellas. Ahora que aprieta la crisis, la gente busca una buena relación calidad-precio para seguir viajando. Y en el número 89 de la calle Cuchillería parece estar la mejor. Franceses, americanos, españoles, alemanes, personas que viajan solas, amigos y familias... Todos los que lo probaron entraron expectantes y salieron encantados.

¿Qué será, será, lo que lo hace tan fantástico? La responsable del centro y viga maestra de la Fundación Catedral Santa María, Beatriz Taramundi, cree que esa nota espectacular responde en gran parte al "trato cercano y la información que ofrecemos". Quien duerme en el albergue de Vitoria se siente como en casa y no necesita de la Oficina de Turismo. "El personal es muy amable y con plena disposición para ayudar", destaca Sonia, una viajera de Vall D'Alba. Eso sí, las alabanzas en Internet van más allá e incluyen tanto el emplazamiento del albergue, como la calidad de las instalaciones, su modernidad, la limpieza y la ausencia total de ruido pese al jaleo típico de todo casco viejo por las noches.

"La ubicación es inmejorable, en pleno Casco Viejo de Vitoria. Las habitaciones son luminosas y están limpísimas, con baño dentro. Las instalaciones o están reformadas o bien son nuevas, y todo parece de diseño. Salí de allí encantada", aplaude, desde Gijón, Jana. La madrileña Mónica asegura que es "un albergue de los mejores" que ha conocido, con una cocina y lavandería "completamente disponibles". También James, un turista del Reino Unido, coincide en que el de Gasteiz destaca por encima de cualquier otro que haya visitado. "Fue una sorpresa realmente agradable", subraya el joven, quien no sabe si destacar más los servicios, su localización o la amabilidad del personal. "Y no se oye nada por la noche", apostilla José, de Valcarlos.

El albergue, reformado entre los años 2011 y 2012, dispone de 90 plazas distribuidas por 17 habitaciones, con baño en cada una de ellas. Y aunque la filosofía de este tipo de alojamientos es el de juntar muchas camas por cuarto, aquí existe un dormitorio para dos personas y otro para tres con todas las comodidades y moderno diseño, por tan solo 20 euros en temporada baja y 25 en temporada alta para mayores de 25 años (más barato aún por debajo de esa edad). Además, este lugar pone a disposición de los huéspedes cocina equipada, zona de lavandería, guardabicis, sala de reuniones con televisión, comedores, un área de descanso, otra de ordenadores de uso libre y una coqueta terraza de interior. E incluso hay un apartamento, por 75 euros, para los que quieran tenerlo todo.

Si hay una pega que poner al albergue es que no se ha anunciado lo suficiente. "Está en Booking, pero nada más, no es un establecimiento muy publicitado", reconoce Beatriz. Esa circunstancia probablemente sea la que explique su baja ocupación. Aunque en momentos clave ha estado a tope, durante eventos de ciudad como el Azkena Rock Festival o el Triathlon, de normal apenas se cubre el 30% de las plazas. Por eso, la Fundación Catedral Santa María va a poner en marcha una campaña a nivel estatal. "Queremos llegar a centros educativos, federaciones deportivas...", explica la responsable del centro. Se trata de aprovechar el flujo de turistas que acuden a Vitoria en grupo, más allá del peregrino, que es el perfil general de huésped del albergue gasteiztarra.

Los propios alojados en este lugar animan a sus responsables a promocionarlo. Y no sólo a través de Internet. También dentro de la propia Vitoria. "Falta un gran cartel fuera. Hay gente en la ciudad que no conoce el sitio y eso ayudaría a encontrarlo antes, aunque la calle sí la conoce todo el mundo", apunta Gonzalo, de Las Palmas. Otros navegantes advierten de que en la única página virtual de ofertas que incluye el albergue "está mal puesta la dirección". Flecos por pulir, puramente promocionales, que no afean para nada la nota final del albergue. Algunos, incluso, le dan directamente un 10. Y dicen ser exigentes. "Qué te voy a decir. Estamos muy contentos con esa calificación", confiesa Beatriz, el rostro de un cualificado equipo de trabajadores que desde la recepción, la limpieza y el mantenimiento procuran ser sobresalientes. De momento, lo están consiguiendo.