vitoria. Es la primera mujer que preside Eudel por lo que conoce mejor que nadie las dificultades a las que se enfrentan las mujeres políticas. Ahora desde su puesto promueve los cursos de Basqueskola para ayudar a las electas.
¿La política sigue siendo cosa de hombres?
Hemos avanzado mucho en cifras de representación, pero la realidad es que tenemos más dificultades que nuestros compañeros para acceder a la política; y también una vez dentro, en el desempeño del cargo. Como la política siempre ha sido "cosa de hombres", hasta ahora las mujeres no hemos contado con redes propias de apoyo. Esto nos hace más difícil el camino. Sin información previa, una se entera sobre la marcha, en el día a día del Ayuntamiento. Basqueskola busca ser una red de apoyo, un espacio propio donde entrar en contacto con otras compañeras y ayudarnos las unas a las otras.
¿Las mujeres tienen que demostrar más?
Nosotras tenemos mayor desgaste, debemos justificar más y mejor nuestras decisiones ante nuestros compañeros. En el día a día una cosa es "estar dentro" y otra "poder hacer", y a medida que ganamos mayor responsabilidad la política se nos hace más cuesta arriba. Tener que demostrar continuamente cansa mucho; algunas compañeras abandonan, otras ni se plantean entrar en la política.
¿Cuál es la relación con los compañeros?
Se trata de sumar equilibrios y de lograr un peso equitativo de mujeres y hombres en las políticas públicas. Electas y electos tenemos distintas situaciones de partida. Para compensar ese desnivel es necesario primero que adoptemos estrategias diferenciadas para ponerlas luego en común.
¿Cuál es el balance de este primer año?
Estamos empezando, pero la respuesta de las electas ha sido muy positiva. Se han llenado todos los cursos y en algunos incluso hemos tenido que abrir lista de espera ante la gran demanda. Esperamos seguir consolidando la red con el nuevo programa de cursos que arrancamos en septiembre.