Pamplona. "Ha sido un horror". "Lo peor de mi vida". "No volveré a correr". Esas expresiones de angustia formaban parte ayer de los mozos que se encontraron inmersos en el enorme y dramático tapón que llevó el terror a la plaza de toros de Pamplona.
El tapón humano que se formó fue algo inesperado, según Chema Elcano, uno de los trabajadores de la plaza, afirmó que "estaba situado justo en la puerta de enfrente, junto al servicio médico y ya unos segundos antes todos pensábamos que iba a ocurrir una gran tragedia, el aplastamiento era evidente". Además el trabajador apuntó que "menos mal que los mansos llegaron mucho antes, porque si hubieran sido los toros creo que todo termina de una manera muy distinta, podría haber sido todavía peor". Los momentos que se vivieron en ese instante fueron muy duros para todos, pero pese a ello "podemos dar las gracias a los que han intentado solventar como han podido la situación, los miembros de la Policía Foral, de la Cruz Roja y muchas personas anónimas que estaban en las gradas saltaron al ruedo para ayudar a los que formaban parte del gran tapón", comentó Elcano.
Uno de esos héroes anónimos es José María Pérez. Un joven navarro de 20 años que ya había entrado en la plaza pero que se dio la vuelta para ayudar a sacar personas. "He entrado de los primeros, cuando estaba justo llegando a la arena me han empujado, y me he dado la vuelta, entonces he visto toda la montonera y me he dado la vuelta para intentar sacar al mayor número de gente". A Pérez no se le va a olvidar con facilidad lo ocurrido. "Es lo peor que he vivido en mi vida, tenía una gran sensación de impotencia al ver como tienes amigos ahí y había muchas personas que no puedes sacarlos por mucho que tires. He pasado mucho miedo".
También quiso destacar la figura de los médicos. "Los servicios médicos han estado impresionantes. Han tratado a todos los heridos a cuerpo de rey y ha sido impresionante, gracias a ellos se han salvado muchas vidas".
Por su parte, Javier Marín, novillero que debuta en dos semanas en Tudela, se vio metido en medio del tapón. "Es el tercer encierro que corro en mi vida. Quería correr pero sin exponer para evitar riesgos de cara a mi debut. Me he colocado en la zona donde me gusta, en Telefónica, he arrancado a correr e iba un poco por delante de la manada. Había mucha gente en el recorrido y me he dejado arrastrar. Cuando he llegado al callejón me he encontrado con un montón de gente que era imposible de pasar. Se me ha pasado por la cabeza, aunque esté mal decirlo, saltarlo. Era la única manera de pasarlo, pero tampoco se podía. A medida que iba entrando gente me he quedado atrapado. Los toros han llegado y a cinco metros he visto a Sergio Sánchez, mi maestro, y he empezado a mover los brazos y a gritarle. Al poco me ha escuchado, ha venido lanzado y me ha quitado del medio como ha podido".
Una vez estaba fuera de peligro, era momento para la reflexión. "No me lo creía, he vivido momentos angustiosos, era imposible salir y menos mal que estaba Sergio por allí. Ha sido un horror. Creo que no voy a volver a correr, se me han quitado las ganas"
Los pastores que estuvieron presentes en el encierro estaban de acuerdo en que "no esperábamos llegar al callejón y encontrarnos con ese problema, sabíamos que hoy había mucha gente pero nunca pensábamos que fuera a suceder esto. Víctor Navas, uno de los pastores afirmó que "nosotros tenemos que mostrar serenidad cuando suceden este tipo de cosas; todos nos situamos detrás del tapón para intentar reconducir a los toros, pe ro cuando cerraron las puertas todavía había gente que quería entrar. Ha sido una situación horrible y es para lamentar todo lo sucedido".