Agurain. La localidad de Agurain lució con sus mejores galas ayer para celebrar la festividad de San Juan. Un año más, y tras la izada del chopo la noche anterior en la plaza de San Juan, la villa revivió su tradicional fiesta en honor a su patrón con la procesión de San Juanico, la tamborrada infantil y las meriendas como protagonistas de la fiesta.

Los preparativos comenzaban al salir aún el sol. En la plaza del Ayuntamiento decenas de vecinos arropaban a los miembros de la corporación para iniciar el camino que separa la capital de la Llanada con Arrízala, un pequeño pueblo de medio centenar de habitantes.

A las 7.00 horas, la Corporación inició la marcha en cabalgata en dirección hacia el barrio de Arrízala acompañado de las carrozas, donde tuvo lugar la tradicional misa en honor al patrón de la localidad y el cortejo fue recibido con los cánticos tradicionales. "Al ilustre Ayuntamiento venimos a saludar y a darle la bienvenida como el día de San Juan", cantaban un grupo de vecinas de Arrízala con el pandero en la mano ante la llegada de los miembros de la Corporación.

Un año más, la pequeña iglesia de Arrízala se quedó pequeña para acoger a las decenas de personas que acudieron al oficio religioso. A la salida del mismo, los presentes pudieron degustar vino y pastas, un dulce tentempié para reponer fuerzas para recorrer los cuatro kilómetros que separan esta localidad de Agurain. Mientras, en el exterior del templo la juerga estaba asegurada de la mano de los componentes de las seis carrozas preparadas este año para la ocasión. El barrio de San Jorge se decantó por la recreación de una txabola de queseros con ovejas y perro guardián incluida. Los de San Martín acercaron el mágico mundo de circo con domadores, equilibristas, malabaristas y payasos. Los integrantes del grupo de caza local se tumbaron al sol en su camping particular, mientras la familia Amescua Quintana recreaba la llegada de la crisis al Vaticano y al nuevo Papa. Una carroza en contra del fracking y los integrantes bailones de Grease pusieron la nota de color.

Mientras, en la calle Fueros gaupaseros y madrugadores esperaban con impaciencia el regreso de la comitiva. A lomos de los bellos corceles fueron recibidos por la música de la banda local y por amigos y familiares que aprovecharon la ocasión para entregarles coloridos ramos de flores. En la plaza del Ayuntamiento las galletas y el vino dulce animaron la fiesta a más de uno. "Para los de aquí esta es una fiesta más sentida que incluso las de octubre", comentaba Inma, mientras pasaba junto a ella la comitiva festiva. El buen hacer de las gentes de Agurain ha conseguido mantener el espíritu de una jornada que comienza con una mágica noche y que se extiende durante buena parte del día siguiente, una fiesta que da comienzo al calendario festivo veraniego de la localidad.