vitoria. La Ertzaintza alerta de la comisión de robos con violencia en lonjas juveniles debido a la información sobre su ubicación y contenido facilitada por sus inquilinos a través de las redes sociales. En un comunicado, ayer, el Departamento vasco de Seguridad informó de que entre 2012 y lo que va de 2013 ha detenido a 18 individuos por cometer robos en este tipo de locales.

El uso que los jóvenes hacen de las redes sociales y el carácter abierto de las mismas ha facilitado a los ladrones conocer la dirección exacta de alguno de estos locales y presentarse en el lugar con una navaja y vaciarlo. Es frecuente que un par de jóvenes estén una madrugada en una de estas lonjas jugando con una videoconsola o viendo una película y lo expandan en las redes sociales, indican desde el Departamento de Seguridad. Al charlar con sus amigos a través de Internet les facilitan información sobre lo que tienen en la lonja y dónde está, sin darse cuenta de que sus mensajes están siendo recibidos por un numeroso grupo de "amigos", a muchos de los que es posible que ni siquiera conozcan personalmente. Este tipo de comportamientos han derivado en robos con violencia e intimidación en este tipo de locales.

Así ocurrió el 19 de noviembre en Erandio, el 24 de febrero también en esta localidad y entre octubre y enero en tres ocasiones en dos lonjas de este tipo en el barrio Gazalbide de Vitoria. Los ladrones se llevaron de todos estos locales videoconsolas, TDT, teléfonos móviles, tarjetas bancarias, ordenadores y otros enseres. Por ello, la Ertzaintza recomienda a los jóvenes que sean discretos con la ubicación o el contenido de sus lonjas cuando hablan a través de las redes sociales porque se están poniendo en riesgo.

Asimismo, aconseja que las lonjas estén adecuadamente acondicionadas sobre todo en lo relativo al abastecimiento de electricidad para evitar incendios por sobrecarga o por cortocircuitos. También considera necesarias medidas de seguridad pasiva como la existencia de extintores o tener a mano los números directos de teléfono de la Ertzaintza o la Policía Local para dar, en su caso, un rápido aviso de emergencia.

falsificación de documentos Por otro lado, una nigeriana de 33 años será juzgada la próxima semana en Vitoria acusada de haber falsificado su documentación para hacer ver que no estaba casada en su país y lograr así su inscripción en el registro de parejas de hecho del Gobierno Vasco. La Fiscalía de Álava considera que estos hechos son constitutivos de un delito continuado de falsificación de documento público y pide dos años de prisión y el pago de una multa de 2.400 euros.