Laguardia. Rioja Alavesa cuenta con una rica oferta hotelera que se ha desarrollado con criterios de calidad así como de singularidad. De esta forma, los visitantes tienen la posibilidad de elegir no sólo una habitación, sino también características especiales para que su estancia sea más grata.
Una de estas singularidades tiene que ver con la oferta que hace el Hotel Palacio de Samaniego, de esa localidad, para los domingos. Ya no es necesario pasar una noche fuera para disfrutar de un alojamiento hotelero. El programa Rioja Alavesa a pierna suelta ofrece un menú elaborado a cargo del chef donostiarra Jon Ugalde y tras ella, Palacio de Samaniego acomoda a los visitantes en una de sus doce confortables habitaciones, decoradas en un cuidado estilo provenzal, para que disfruten de una plácida siesta en un ambiente agradable y apacible, reponiendo fuerzas para la vuelta a casa tras haber pasado el domingo en Rioja Alavesa.
El palacio se ubica en el centro del pueblo. Su bella estructura exterior, propia de los edificios singulares riojanos de los siglos XVII y XVIII, no refleja que anteriormente allí se alzara una torre defensiva. Pero un resto arquitectónico albergado en su interior, que consiste en una puerta adintelada ubicada cerca de la cocina con un pequeño escudo de factura antigua donde se representan las armas de la familia Samaniego, lleva a pensar que en algún momento de la Edad Moderna la torre quedase integrada dentro de la edificación. Fue Diego López de Samaniego, cura del pueblo durante el siglo XVII quien, muy probablemente, encargó su construcción.
Otro hotel, que lleva por derecho propio la fama de la confortabilidad, cuenta con un impresionante spa. El Hotel Villa de Laguardia, además de sus impresionantes habitaciones, dos restaurantes y una fantástica terraza para disfrutar en el buen tiempo, cuenta con un spa que se abraza al hotel y en el que los problemas de accesibilidad han sido eliminados con un sistema que facilita la entrada en su piscina curva a las personas mayores o con problemas de movilidad. A esta singularidad se suma las posibilidades que ofrece el Centro Temático del Vino Villa Lucía, a muy pocos metros de distancia. En el impresionante caserón rodeado de jardines y viñedos no sólo se puede aprender mucho sobre el vino, sino también sobre el pacharán.
En Villabuena, la impresionante arquitectura del Hotel Viura rompe todos los esquemas con sus caprichosas formas. Construido a partir de la Casa de los Diezmos que había en el lugar su vanguardismo ha encajado con la cultura del vino de la comarca y por ello su salón tiene decorado el techo con barricas y al fondo de ese lugar, a continuación de un gran arco que en la actualidad se cierra con puertas de cristal, se aprecia una impresionante bodega, porque el vino y el universo que lo rodea es uno de los atractivos del edificio. Desde hace un año se vienen celebrando cenas maridadas con bodegas seleccionadas y para el 5 de junio se anuncia una cata de vinos internacionales de alta gama, a la que le seguirá una cena a base de pequeños bocados con tres vinos tintos nacionales.
Los vinos son también una de las razones del prestigio de la Hospedería Los Parajes, de Laguardia, en cuyos sótanos ha conservado la estructura del viejo calado adaptando los espacios a los nuevos tiempos con una sala de degustaciones, un bar con infinidad de referencias y lugares donde llevar a cabo catas. Pero su verdadera seña de identidad son su patio acristalado, con chimenea y la singularidad de sus habitaciones, todas diferentes, con los platos de ducha realizados a mano, con cantos, y una enorme cantidad de obras de arte elegidas cuidadosamente por su promotora en anticuarios de muchos lugares. También dispone de un pequeño spa y dos restaurantes, con menús totalmente diferentes.
En Laguardia, pero extramuros, se encuentra el Hotel Cosme Palacio. Una antigua bodega construida en 1894 y que hasta 1970 fue Bodegas Palacio donde se hacían vinos tan conocidos como Glorioso o los famosos mostos Palacio. Toda la zona que hoy ocupa el hotel y el restaurante se abandonó durante unos años y se restauró como hotel en 1995, conservando la estructura original de la bodega: los lagares, los calados con barricas, las paredes de piedra. Fue la mayor y casi única bodega en Laguardia hasta los años 70.
En Páganos, al pie de la carretera que conduce a Vitoria, el Hotel Eguren Ugarte ocupa la zona más elevada del complejo donde se ubica la bodega. De reciente construcción, fue financiada gracias a la venta de la bodega de Toro, Numanthia Termes, al grupo Louis Vuitton-Möet Hennesy. Todo el complejo tiene como protagonistas unas enormes rocas por doquier y grandes aparcamientos, ya que el lugar se ha convertido en el lugar que eligen numerosos recién casados, empresas y grupos para sus celebraciones gracias a sus muchos salones. Hace pocas semanas celebró un fin de semana de puertas abiertas para mostrar a quien lo deseara las enormes posibilidades del lugar.