logroño. El responsable de Cultura riojano, Gonzalo Capellán, ha tenido que salir al paso de las afirmaciones de socialistas y regionalistas, que afirman que Rioja Baja -una subzona de La Rioja- no se contempla en la candidatura de Paisajes del Vino, para asegurar que "La Rioja y el País Vasco serían los únicos territorios de toda España con esta denominación, lo que supondría una oportunidad inigualable para toda la zona".

En este sentido, el consejero de Educación, Cultura y Turismo ha recalcado que la propuesta vasco-riojana recoge la excepcionalidad cultural del paisaje conformado por los espacios de una zona singular desde un punto de vista histórico, geográfico y cultural, como son La Rioja y Rioja Alavesa.

Asimismo, Capellán explicó que la declaración de paisaje cultural es una condición totalmente diferente de la Denominación de Origen Calificada Rioja, ya que la UNESCO define esta categoría con pautas muy claras que, por ejemplo, impiden seleccionar áreas diferentes sin continuidad y unidad geográfica.

Esta candidatura es análoga a otros paisajes culturales como el de la jurisdicción de Saint-Emilion (Francia), los viñedos en terraza de Lavaux (Suiza, 2007) o el de La Wachau (Austria), que no se corresponden con denominaciones de origen, ni están relacionados con la calidad de sus vinos. "Estos paisajes han conseguido su declaración por su peculiaridad geofísica, como los bancales de Lavaux, la última zona declarada".

Además, ha destacado que todos ellos cuentan con extensiones reducidas, de 23 kilómetros cuadrados en el caso suizo, 129 en Saint Emilion y 213 en La Wachau. "Teniendo en cuenta estos antecedentes, y que el paisaje debe reunir características únicas y singulares a nivel mundial, la candidatura de La Rioja y Rioja Alavesa ha propuesto la zona más amplia posible, que asciende a nada menos que 1.164 kilómetros cuadrados".

Capellán señaló que La Rioja y Euskadi colaboran en esta candidatura, ya que "ambas comparten elementos territoriales, históricos, económicos y culturales, además de una común cultura del vino que supera fronteras autonómicas" y que "será la UNESCO quien decida qué parte del territorio atesora esos valores únicos, distintivos y representativos del paisaje".

En el caso de La Rioja y Rioja Alavesa, el paisaje cultural constituye un elemento que parte de los primeros lagares rupestres para llegar hasta nuestros días con las mejores muestras de la arquitectura del vino del siglo XXI, verdadero eje central del turismo enológico. A ello se une el atractivo de un medio natural al servicio del hombre, con campos de vides, amoldándose al ribazo, al valle del Ebro, y focalizando la actividad de las personas dedicadas al mundo de la vitivinicultura.

Además del paisaje cultural del vino y el viñedo de La Rioja y Rioja Alavesa, la UNESCO ha incluido al Valle Salado de Añana en la lista de bienes culturales candidatos a convertirse en Patrimonio de la Humanidad en 2014. Tras pasar por los rigurosos tamices que aplica la citada institución para reconocer bienes culturales de proyección mundial, ambas candidaturas han pasado a formar parte de la lista de los candidatos oficiales.