Vitoria. Salió . Los ayuntamientos de Condado de Trebiño y La Puebla de Arganzón votaron ayer a favor de iniciar los trámites para solicitar la segregación de Castilla y León y la anexión a Álava, quince años después de una movilización popular que se fue diluyendo tras estrellarse con el imposibilismo político. DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA visitó ayer La Puebla para, mientras los concejales defendían la segregación -sólo el PP se abstuvo-, sondear el sentir de sus vecinos.

Ángel González cree que no tiene sentido pertenecer a Burgos cuando "está a cien kilómetros y Vitoria, que es donde yo trabajo todos los días, a diez minutos". Se trata de una cuestión práctica, "pero también política, porque hay mucha gente de ideología más abertzale", y por otro lado "están los de los chalés de abajo", los nuevos empadronados, "que la mayoría son de Vitoria". Ángel afirma que el pueblo no está abandonado, no existen carencias en materia de servicios porque existen convenios con las instituciones vascas -"aunque algún problema ya hay"- y el pueblo es más o menos unánime en lo relativo a la segregación de Castilla pese a que "hay varias opiniones". Para Ángel, la pertenencia a Álava "es una cuestión de lógica, pero si lo tienen que aprobar en Madrid va a ser muy difícil, y además Castilla y León va a poner siempre pegas".

Raúl García es un padre vitoriano que lleva diez años viviendo en La Puebla y lleva a sus hijos a la ikastola de la localidad, "un lujo para nosotros". De hecho, explica, "vienen de los pueblos de alrededor en lugar de llevarlos a Miranda; la mayoría quiere que estudien euskera como hemos estudiado nosotros". La ikastola, además, no es la única alternativa. "Puedes ir a Nanclares, porque Trebiño al ser Castilla y León no tiene modelo D, que es lo que queríamos nosotros", señala. Eso sí, en su día la ikastola tuvo problemas para acceder a subvenciones "por estar en tierra de nadie", la misma razón por la que en algún caso les han puesto pegas para acceder a algún servicio de competencia foral. En todo caso, Raúl está satisfecho. "El propio Ayuntamiento te lo facilita todo", afirma el joven, quien opina que "la mayoría de la población está más allegada a Álava, como yo; casi todo el mundo hace las cosas en Vitoria, y supongo que estarán por la integración aunque sólo sea por proximidad", concluye.

Montse Nicolás se vino a vivir desde Irun a Lapuebla hace ya una década, el mismo tiempo que lleva viviendo en la localidad la vitoriana Marisol Parra. Las dos coinciden en señalar que, al margen de la comunidad autónoma a la que pertenezca, este pequeño municipio a la vera del Zadorra es un pequeño paraíso. "Vivir en un pueblo es lo mejor, y en éste, que es grande y con vida, que sales el domingo a la mañana y está lleno, aún más", señala Marisol. "Yo estoy encantada", ratifica Montse.

Aunque últimamente las cosas parecen cambiar, las dos están satisfechas con el nivel de servicios de que disponen en Lapuebla. "Mi niña va al colegio a Armentia; en educación y sanidad puedes elegir, o te vas a este lado, o te vas al otro", explica Montse. "En el día a día -apunta Marisol- no nos afecte el pertenecer a Burgos, sí que es más rollo si haces una compraventa de un coche, que te tienes que ir a Burgos; o para la declaración, que la presentas en Miranda, pero lo demás lo hacemos todo en Vitoria. Tampoco es un engorro diario pertenecer a Burgos".

más esfuerzo que a los demás No diario, pero sí más o menos periódico. "Es todo lo relacionado con las instituciones; si tienes algún problema con la Seguridad Social, para cualquier reconocimiento médico para una baja y cosas así tienes que ir a Burgos, y fastidia bastante, para gestionar el paro tienes que ir a Miranda...", explica Montse.

Por otro lado, aunque las instituciones vascas cubren carencias en el enclave castellano, a sus habitantes muchas cosas les suponen un esfuerzo más que al resto de la población. "Hace años, cuando se hizo la ikastola, hubo que escribir unas cartas a Educación para tener derecho a las becas, pero se nos concedieron", rememora Montse, que ve difícil solución al problema de Trebiño, al igual que lo tiene complicado el resto de enclaves de la Península.

Marisol, por su parte, opina que la mayor o menor relación con una u otra comunidad depende mucho de quién gobierne el municipio. "Los que estaban antes se notaba que eran más pro Álava; aquí todos los años te mandan una revista con las cuentas, las ayudas que se piden a Álava y a Castilla, y sí que el anterior pedía más al Gobierno Vasco y a la Diputación, y estos son más de Castilla y León, aunque igual no depende del alcalde, igual es que han dejado de dar ayudas desde allí", afirma. Marisol, en cualquier caso, ve difícil que Trebiño sea algún día, de hecho y de derecho, la octava cuadrilla del territorio. "Para que esto salga adelante se tienen que poner de acuerdo los de arriba, y no lo veo yo muy posible", concluye.

Juan José Peña, al contrario que muchos de los actuales vecinos de Lapuebla, es del municipio detodalavida, y también está por la integración en Álava. "A Burgos no vamos prácticamente, el 90% de la gente trabaja en Vitoria", señala Juan José, para quien "la integración tenía que haberse hecho hace mucho, aquí estamos perdiendo el tiempo, es una tontería tener que hacer todo el papeleo en Miranda o en Burgos cuando Vitoria está a un paso. Lo que pasa -afirma- es que es difícil, tú tienes algo y no lo das por nada, es un atraso, pero los políticos son los que mandan y los de Valladolid y por ahí son los que están jodiendo todo. No les interesa, y probablemente hasta hace poco no sabían ni donde estaba esto", asegura de manera tajante.

Al menos, "aquí hay convenios con la Diputación y el transporte está muy bien, entran los autobuses hasta adentro, la ikastola también está aquí. La verdad es que no hay queja, habrá pueblos en Álava que estén bastante peor", aventura el vecino de la localidad.

la otra derivada Hay, por otro lado, una derivada que ha contribuido a enquistar el problema. "En cuanto oyen hablar de Álava automáticamente lo relacionan con el terrorismo, se les nubla la vista y no quieren saber nada, por sistema dicen no, sin ponerse a discutir ni ver las posibilidades, lo asimilan con el terrorismo y se acabó", explica. Por eso, pedir la integración en Euskadi o convocar consultas no lleva a ninguna parte, a juicio de Juan José. "Tengo claro que saldría que a la anexión a Álava en un tanto por ciento bastante elevado, pero es perder el tiempo, igual hay maneras de protestar que se noten más, el referéndum es un día en la prensa y se acabó, o al menos así ha sido hasta ahora. Está bien que se haga -afirma-, pero no me parece que tenga mucho valor".

Por otra parte, no siempre las posturas con respecto al status del enclave burgalés estuvieron tan claras y decantadas hacia un lado concreto de la balanza, recuerda. "Antes, hace igual treinta años, había más gente a favor de Burgos, hubo una época en que el pueblo estaba bastante dividido, pero la posición ahora es casi unánime. Yo, de todas formas, creo que hay que respetar a todo el mundo, cuenta la opinión de todos, por eso estamos en democracia".