ALMERÍA. La juez de instrucción 3 de Almería ordenó ayer el ingreso en prisión de los dos detenidos por el secuestro y muerte de un bebé de 16 meses, a los que imputa un delito de asesinato y otro de detención ilegal en el caso del autor del rapto.

Fuentes judiciales informaron de que ambos detenidos, Jonathan Moya González, de 25 años, autor confeso del secuestro y muerte del bebé, y su amigo Raúl R.F., también de 25 años, se acogieron a su derecho a no declarar ante la juez en funciones de guardia, que decretó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de ambos.

Las fuentes precisaron que por ahora se desconoce en qué grado se le imputa el delito de asesinato a Raúl R.F., si como autor material, cómplice, cooperador necesario o encubridor, ya que la investigación continúa bajo secreto por orden judicial.

Familiares de Raúl R.F., cuyo último trabajo fue como portero de discoteca, explicaron que, una noche de copas, Jonathan le ofreció "un trabajo por 50.000 euros" y le habló del secuestro de una niña, si bien aseguraron que no le tomó en serio.

Los detenidos llegaron a los juzgados almerienses en sendos coches de la Guardia Civil sobre las 10.00 horas, aunque no fueron presentados ante la juez de guardia hasta las 13.50 horas.

Tras negarse a declarar, los dos detenidos salieron de la Ciudad de la Justicia de Almería camino de la prisión de El Acebuche, a las 15.40 horas.

Jonathan Moya González, quien había iniciado una relación con la madre del bebé fallecido, fue detenido a primera hora de la tarde del jueves, una semana después del secuestro, en un cortijo de su familia en el paraje de Camino Real de Abrucena, en el límite con el municipio de Fiñana, donde trataba de ocultarse. El joven, que el pasado mes de junio llegó a ingresar en prisión acusado de doce delitos de estafa y apropiación indebida tras hacerse pasar por policía para sustraer vehículos vendidos por Internet, confesó ante los agentes que había matado a la niña, lo que permitió la localización del cadáver del bebé y la detención de su amigo. El cadáver de la niña, que fue ayer enterrada en la localidad onubense de La Palma del Condado, donde residía con su madre y abuela, fue encontrado el jueves por la noche en una balsa de agua cerca de una vía de servicio de la A-92, en la comarca de Nacimiento, lugar donde se había producido el secuestro. La autopsia preliminar realizada ayer en el Instituto de Medicina Legal de la capital almeriense reveló que la pequeña murió con casi total probabilidad de un fuerte golpe en la cabeza.