Bilbao. Tan solo 48 horas después de jurar su cargo como nueva consejera de Educación, Cristina Uriarte se estrenó ayer en Madrid con un compromiso capital: fijar ante el ministro de Educación, José Ignacio Wert, la postura del Ejecutivo Urkullu respecto al anteproyecto de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). “No aceptamos cambios a peor para el euskera”. Esta breve sentencia marca la línea roja de su nuevo Gabinete en materia educativa.

Huyendo de la postura maximalista demostrada por la exconsejera Isabel Celaá y otras comunidades como Catalunya y las gobermadas por el PSOE, pidiendo la retirada de la reforma, Uriarte reclamó al ministro una “relación bilateral” que respete las competencias vascas en materia educativa y “en particular” en materia lingüística para eliminar la dimensión de supremacía del español frente al euskera de la LOMCE. Y al mismo tiempo, demandó del ministro popular que respete “la autonomía real” de Euskadi para “adoptar sus propias recetas” para que los buenos indicadores del sistema no se vayan al traste por las medidas que recorren la norma: la nueva FP básica, la disminución de la autonomía de los centros, las evaluaciones externas o la homogeneización de los contenidos curriculares, entre otras.

La reunión de ayer fue contenida en las formas pero profunda en cuanto a contenido. La nueva consejera de Educación presentó la hoja de ruta que marca esa relación bilateral por la parte vasca y que pasa por cuatro grandes propuestas que chocan directamente con el núcleo duro de la norma. En primer lugar, Uriarte pidió que el euskera vuelva a ser una materia troncal (no específica, como en al anteproyecto), con lo que se borraría de un plumazo la controversia generada en torno a la cuestión lingüística. Y es que la LOMCE no cuestiona el sistema de modelos y el carcater vehicular del euskera, sino que da al español un estatus legal superior al resto de lenguas cooficiales.

En segundo término , pidió que se eliminen las evaluaciones externas al final de cada ciclo educativo, así como la reválida planteada en 4º de la ESO para lograr el título de Secundaria. También pidió que se modifique el artículo de la ley que vacía de competencias a las comunidades para fijar el contenido de las materias troncales y que el mundo educativo ha visto como un intento de recentralización de la educación.

Y respecto a la FP, la nueva cara en Educación planteó dos cuestiones: la “inviabilidad” de la FP dual de Wert ya que no hay financiación ni interés de las empresas más allá de las multinacionales, así como la revisión de la FP básica ya que, desde su punto de vista, “no solo no asegura las competencias demandadas por sectores productivos, sino que, además, las reduce”. Y al tiempo, dijo, “supone un retroceso porque los alumnos no saldrían preparados para obtener una cualificación de nivel uno”, es decir, el mismo nivel que en los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI).

Está por ver qué alcance tiene el intento del Gobierno vasco para recomponer un bilateralismo, que hasta ahora ha brillado por su ausencia, ya que la de ayer era la cuarta y última reunión entre el ministerio y las CC.AA para debatir el contenido del anteproyecto. Wert volverá a convocar a las comunidades la tercera semana de enero, pero no para analizar cambios en la LOMCE, sino para hablar sobre la memoria económica de la norma. No obstante, al término de la reunión Uriarte se mostró confiada en dar un vuelco a la situación.“Estamos dispuestos a seguir trabajando y colaborando y, de momento, no nos hemos cerrado. No se ha cerrado el borrador. Todavía hay tiempo de seguir, pero ya no en conferencia. Queda también todo el trámite parlamentario. Tenemos mucho que hacer”, aseguró.

Idiomas en pie de igualdad La exvicerrectora del Campus de Gipuzkoa (UPV/EHU) fue especialmente contundente en la defensa que el Gobierno vasco hará sobre el euskera y su estatus de no subordinación frente al español. En este sentido, advirtió de que no aceptará “cambios a peor” y acusó al Gobierno de Rajoy de “plantear un problema donde no existía”. Según Uriarte, el planteamiento de que euskera deje de ser troncal y que la LOMCE solo defienda el español jerarquiza las lenguas y “el euskera no puede estar subordinado al castellano”. “No aceptamos cambios a peor, cuando lo que necesitamos es lo contrario para el euskera”, aseveró.

A su juicio, el texto debe prestar especial cuidado a la consecución del objetivo del conocimiento de ambas lenguas, y, “en cambio, se empeña en regular la proporción de cada lengua vehicular”. Para el Gobierno vasco, cada administración educativa debe determinar las lenguas vehiculares de la escuela, en atención a su realidad sociolingüística y a su estado de normalización lingüística. Y con el planteamiento actual, afirmó Uriarte, el Ejecutivo Rajoy no asume como lenguas del Estado las lenguas que no sean el español. “Para ustedes, las lenguas cooficiales son un elemento añadido, siempre y cuando no se perjudique al castellano. No nos establezca una relación de superioridad. Queremos una relación de convivencia, no una relación de mera coexistencia”, aclaró.

Según expuso, el anteproyecto de Wert “solamente repara en la imposibilidad de excluir al castellano, y se olvida de citar la imposibilidad de excluir la lengua cooficial”. “De todos modos, en el sistema educativo vasco, de facto, se imparte en castellano incluso en el modelo D, puesto que la lengua vehicular de la asignatura lengua y literatura vasca, es el castellano”, dijo.

“Para un acomodo, para una cohabitación, sin subordinación, usted haría una contribución enorme si la lengua y literatura cooficiales pasan del bloque de específicas a troncales”, emplazó a Wert.