londres. Los médicos británicos se someterán a una evaluación anual que medirá su rendimiento y cada cinco años tendrán que ser revalidados para seguir ejerciendo, según anunció ayer el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt.

Esta medida, que entrará en vigor a partir de diciembre de forma progresiva, se considera la mayor reforma de la legislación médica del Reino Unido en más de un siglo. A partir de los resultados de las evaluaciones anuales, el Colegio General de Médicos (GMC, en sus siglas en inglés) decidirá cada cinco años qué profesionales pueden seguir ejerciendo y cuáles no.

Con esta prueba, el Gobierno británico pretende abordar las determinadas "deficiencias" de conocimientos identificadas en una minoría de los 220.000 médicos del país y darles la oportunidad de reforzar las áreas en las que hayan obtenido peores resultados, según explicó Hunt.

En su opinión, la mayoría de los doctores del Reino Unido "hace un trabajo brillante", pero las encuestas del ministerio revelan que un 0,7% rinde por debajo de lo esperado, un porcentaje que Hunt considera "significativo". El director general del GMC Niall Dickson, calificó esta reforma de "momento histórico" y consideró que con ella mejorará la calidad del sistema.