Orduña. "Somos ciudadanos del siglo XXI y la construcción de la igualdad entre hombres y mujeres ya debe formar parte de nuestra tradición. Sin embargo, pese a que hemos abierto cauces para el cambio, aún seguimos haciendo las mismas cosas que nuestras abuelas. Estamos entre dos mundos: el premoderno y el moderno, a la par que somos postmodernas, porque la sociedad no ha cambiado lo suficiente para las necesidades nuevas y viejas de las mujeres de igualdad y de justicia. Falta un empuje social en convicción de igualdad, y eso tenemos que hacerlo entre todos y todas. Los hombres tienen que asumir su responsabilidad para hacer todo en igualdad, y las propias mujeres debemos de dejar de ponernos las barreras de la tradición". Estas palabras son un resumen de la ponencia que ofreció ayer, en Orduña, la doctora en Antropología, feminista mexicana, y actual asesora de ONU Mujeres, Marcela Lagarde.

El acto tuvo lugar en el marco del IX Día Internacional de las Mujeres Rurales de Euskadi, al que acudieron 300 personas de los tres territorios históricos con el propósito de debatir sobre la corresponsabilidad como principio y mecanismo básico para la plena participación en igualdad de hombres y mujeres en todos los espacios. La idea pasa por buscar soluciones y nuevas formas de hacer para que la responsabilidad compartida sea una realidad cada vez más cercana. Y es que por corresponsabilidad se entiende el compromiso y el reparto de los cuidados y las tareas en lo doméstico entre todas las personas que conviven en los hogares, para redefinir el lugar y papel que cada quien ocupa en un nuevo reparto igualitario y equitativo. Un trato al que también deben sumarse otros agentes sociales, tales como empresas, administraciones y sociedad en general, para facilitar herramientas, legislación y prácticas que favorezcan el compromiso con este pacto por parte de los hombres y de toda la sociedad. No en vano, "una mujer dedica 62,7 horas semanales al trabajo y 11,6 horas al ocio, frente a las 55,9 horas de trabajo y 17 de ocio de los hombres. Unos datos aún más preocupantes si se tiene en cuenta que las mujeres dedican el 65% de su tiempo a las tareas del hogar, mientras que los hombres lo hacen en un 27%", subrayaron.

En este sentido, el viceconsejero de Pesca e Industrias Alimentarias del Gobierno Vasco, Jokin Díaz, destacó "la necesidad de incorporar a las mujeres a los ámbitos de decisión, pero para ello tenemos que descargar sus obligaciones familiares y proponer fórmulas que distribuyan este trabajo de una forma más justa".

A ello se dedicaron los cuatro grupos de trabajo que se crearon tras las intervenciones de las autoridades, en los que quedó constancia de lo mucho que queda por hacer en esta materia. De hecho, una de las mujeres participantes en el encuentro reconoció que "yo me quedo pasmada con nuestros hijos y yernos que hacen de todo en el hogar, pero si llevo yo este papel a casa no entro". Hacía referencia a un cronograma de reparto de tareas que se distribuyó, de cara a que las participantes lo rellenaran junto a los hombres de su entorno más cercano. Y es que como puso sobre la mesa Eli Ingunza, la presidenta de Landa XXI (una de las asociaciones que integran la Comisión de Mujeres Rurales impulsada por el Gobierno Vasco y que aglutina a 1.824 socias), "sufrimos un doble estigma porque somos mujeres y del mundo rural, y nuestra jornada laboral se estira como el chicle y sin corresponsabilidad, por lo que es hora de poner voluntad para que esto cambie".

Por ello, Díaz -que acudió acompañado de la directora de Agricultura de Lakua, Pilar Santamaría- quiso subrayar en su intervención el trabajo realizado por todas las implicadas en la Comisión de Mujeres Rurales y, principalmente, por las propias mujeres que "gracias a su tenacidad consiguieron aunar en un documento firmado por más de medio millar de personas y organizaciones (Declaración de Laguardia de 2011), sus objetivos en los ámbitos social, político y económico".