Vitoria. ¿El aire que respiramos los alaveses tiene la calidad que se le presupone? ¿Estamos expuestos a desarrollar patologías graves por la inhalación de sustancias contaminantes? A pesar de los extraordinarios recursos naturales con los que cuenta la provincia, a sus buenas prácticas medioambientales y a una fama que ha crecido a nivel mundial gracias a la capitalidad verde de Gasteiz, un reciente informe del colectivo Ecologistas en Acción sobre esta materia invita, cuando menos, a la reflexión. Varias comarcas del territorio incumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) relativas a la calidad del aire, unas directrices más estrictas que los valores límite legales, lo que a la larga podría poner en peligro la salud de muchos de sus vecinos, según este documento. Lejos de alarmismos, hay que tener en cuenta que la legislación europea se ha vuelto cada vez más laxa separándose progresivamente de los criterios marcados por la OMS, un control menos riguroso de la contaminación del aire como sí se establecía en directivas anteriores, y todo ello a pesar de las evidencias científicas que relacionan la presencia de partículas nocivas en la atmósfera con los problemas de salud.
Ecologistas en Acción se ha valido de los datos facilitados por las distintas administraciones autonómicas a partir de sus redes de medición de la contaminación durante el pasado año 2011. El documento, en concreto, apunta a algunas áreas de Gasteiz como susceptibles de mejora, pero también a las localidades de Agurain, Amurrio, Laudio y, fundamentalmente, al entorno de Elciego, Izki, Lantarón y Valderejo. En este último caso, la concentración de ozono troposférico en el aire de la zona supera los valores límite legales que establece la normativa comunitaria: Más de 120 microgramos por metro cúbico durante 38 días al año, lo que la situó en el primer lugar del ranking vasco en este ámbito sólo por encima de Jaizkibel. Las concentraciones de ozono también fueron superiores a las recomendaciones de la OMS -más estrictas-, fijadas en los 100 microgramos por metro cúbico durante más de 25 días al año, en Agurain, Izki, Elciego, Amurrio o la Avenida Gasteiz de Vitoria.
El ozono es un potente agente oxidante que se forma mediante una compleja serie de reacciones fotoquímicas en las que participan la radiación solar, el dióxido de nitrógeno, el oxígeno y compuestos orgánicos volátiles. Se trata, por tanto, de un contaminante secundario que se forma a partir de contaminantes precursores cuando se dan condiciones meteorológicas adecuadas y que es más habitual en zonas rurales, porque tiende a descomponerse en áreas donde existe una alta concentración de monóxido de nitrógeno proveniente de las emisiones de los automóviles, sobre todo en las grandes ciudades. Diversos estudios relacionan el ozono con las inflamaciones de pulmón, los síntomas respiratorios y, en definitiva, la mortalidad.
No es éste el único contaminante problemático que analiza el estudio y está presente en el aire alavés. Ecologistas en Acción alerta también sobre las altas concentraciones de partículas en suspensión en la Avenida Gasteiz y las localidades de Laudio y Lantarón. Este término abarca a un amplio espectro de sustancias orgánicas e inorgánicas dispersas en el aire que suele provenir de la combustión de carburantes fósiles generada por el tráfico, en especial por los vehículos diésel.
En la céntrica Avenida Gasteiz, por ejemplo, se superan las concentraciones de partículas en suspensión menores de diez micras recomendadas por la OMS, con 21 microgramos por metro cúbico de media anual. La cifra se repite en Laudio. Entretanto, en Lantarón, el elemento marcado en rojo por este estudio son las partículas en suspensión menores de 2,5 micras, que incluso tienen efectos más severos sobre la salud al estar compuestas por elementos más tóxicos, como los metales pesados o los compuestos orgánicos.
dióxido de nitrógeno y azufre Por suerte, el aire alavés no soporta concentraciones importantes de otras dos sustancias peligrosas analizadas en este estudio, el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre. Ninguna de las estaciones de medición del territorio detectó el año pasado niveles considerables ni de una ni de otra: La primera, presente en el aire de las ciudades, proviene de la oxidación del monóxido de nitrógeno, cuya fuente principal son las emisiones provocadas por los automóviles. El aire del barrio de Betoño y de la calle Los Herrán presenta las concentraciones más altas de este compuesto, pero ni siquiera se incumplen los consejos de la OMS. En cuanto al dióxido de azufre, cuya incidencia a disminuido en los últimos años por el progresivo abandono del carbón y la prohibición del fuelóleo, los datos son aún más positivos. Ninguna de las estaciones alavesas recogió en 2011 una sola partícula de este contaminante que ocupó un lugar central durante los años 80.