Vitoria. Las fiestas de Acción de Gracias en Barriobusto han servido, además de para fomentar la alegría y la confraternización de vecinos y visitantes, para valorar cómo se está desarrollando la temporada agrícola en una parte sustancial del territorio histórico, que aún mira de reojo al cielo en busca de lluvia. Precisamente, la pertinaz falta de precipitaciones ha provocado que cultivos de secano, como el cereal, hayan salvado la temporada mientras que otros, más sensibles ante la falta de agua, como el viñedo, estén a un paso de confirmar que la presente campaña será peor que en otras ocasiones. El propio presidente de la Junta Administrativa de la citada villa, Urbano Fernández, agricultor y muy vinculado al mundo sindical agrario, pone el acento en la cuestión climatológica para intentar explicar la merma del fruto de las parcelas. Aunque no sólo ahí. También censura la ausencia de infraestructuras de regadíos para poder luchar contra los estragos la pluviometría.

Su valoración pone el dedo en la llaga en una de las carencias que tiene la comarca. Pese a que al comienzo de cada legislatura aparece en el listado de objetivos prioritarios del Gobierno foral de turno, el regadío para Barriobusto, Labraza y Moreda de Álava no llega a concretarse nunca. Al menos, hasta ahora. Para Fernández, "de Barriobusto hacia arriba se ha recogido buena cosecha", mejor llegando hacia la localidad Navarra de Meano, "pero hacia abajo ha sido fatal, hacia las zonas de Viana, Moreda y Oion hay fincas que ni se han podido cosechar". Y es que "para el cereal (el cielo) ha echado las aguas justas, pero para la viña es un año fatal, porque alguna, por aquí arriba se salvará, pero por abajo la sequía ha sido terrible".

El problema radica en la falta de infraestructuras de riego. "Hace años -comenta Urbano Fernández- se hizo un anteproyecto de regadío, pero está todo muy parado y tal y como está la crisis no creo que se vaya a hacer nada. La verdad es que si se pudiera hacer un regadío para Barriobusto, Labraza y Moreda, sería importante, pero me parece que tardará", comenta desesperanzado.

Lo cierto es que ese regadío existe sobre el papel. La Confederación Hidrográfica del Ebro ya lo contemplaba como uno de los objetivos que se autorizarían cuando se plantease, en el documento de planificación hasta el año 2015. Asimismo, en la anterior legislatura, la entonces diputada de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, anunció el anteproyecto en la comparecencia de principio de legislatura que hizo ante las Juntas Generales en los primeros días de octubre de 2007. Fue una breve referencia a la intención de ejecutar la citada infraestructura, que tomaría aguas de escorrentía del río Inglares para suministrar a las tres poblaciones citadas. Pero se le dio menos espacio verbal e importancia que al regadío de la Sonsierra o al de Noryeste -que está pendiente de arreglar su balsa o de defenestrarla por completo, tras una inversión de decenas de millones de euros, ante la evidencia de que está hecha sobre un terreno poroso incapaz de retener el agua en su vaso-. La referencia se quedó ahí y poco antes de terminar la legislatura, Beltrán de Heredia volvió a comparecer y reiteró la intención sobre el regadío para la zona.

El actual equipo foral, que dirige Borja Monje, no ha querido hacer ninguna aclaración sobre las intenciones que tienen de cara al futuro, ni en qué estado se encuentra el anteproyecto que, según Estefanía Beltrán de Heredia, se había dejado elaborado. De momento, la única actuación que se ha confirmado en la zona son las negociaciones con las comunidades de regantes de Oion y de Yécora para unificar recursos y así optimizarlos, pero no se ha ido más allá, como para decir que esa sería una lanzadera de agua para el resto de la zona.

Sobre sequía, precisamente, ayer se conocieron los últimos datos de los embalses alaveses. El de Ullibarri Gamboa se encuentra al 71% de su capacidad (103 de 146 hectómetros cúbicos). El de Urrunaga, por su parte, está al 68%.