Pamplona. Los dispositivos sanitarios y de seguridad, el recorrido del encierro, los recintos de todo tipo que acogerán espectáculos y conciertos... todo está preparado ya en Pamplona para que, a mediodía, el estallido del txupinazo dé paso a 204 horas ininterrumpidas de fiesta. El primer protagonista será Iñaki Cabasés, edil de Nafarroa Bai encargado de abrir la fiesta, quien ayer señalaba que ha vivido con "mucha alegría" los días previos a estas fiestas, de las que, según confiesa, le gusta "todo".
Será a las doce en punto del mediodía cuando se prenda la mecha del cohete anunciador de las fiestas, un acto multitudinario que muchos verán en directo en la propia plaza del Ayuntamiento y muchos otros, por alguna de las cinco pantallas gigantes instaladas en la capital navarra. Estas son también las fiestas de la crisis, en las que el presupuesto, de 2,4 millones de euros, se reduce un 8 % respecto a 2011, pero en las que no hay ningún recorte en la ilusión y las ganas de fiesta de los miles de pamploneses y foráneos que disfrutarán en las calles de los 431 actos oficiales. Como no podía ser de otra manera, la música será una de las principales atracciones de los sanfermines en diversos espacios, pero los verdaderos protagonistas de las fiestas son los toros, que cada mañana recorren los 850 metros del encierro y cada tarde son lidiados en la feria pamplonesa.
El alcalde, Enrique Maya, espera las horas que faltan para sus segundos sanfermines en el cargo algo más "intranquilo" que en su estreno de 2011 pero convencido de que éstas son unas fiestas "maravillosas". Con todo ya listo en Pamplona, ciudad a la que llegó desde Montevideo (Uruguay) cuando tenía cuatro años, el alcalde vive esta cuenta atrás con "todo preparado" para dar la bienvenida al millón de personas que, según algunos estudios, acuden cada año a las fiestas. Abundan, entre ellas, los visitantes extranjeros, sobre todo procedentes de Nueva Zelanda y Australia (29,95 %), Francia (17,54 %) y Estados Unidos (12 %).
Por su parte, Iñaki Cabasés expresa su confianza en que las fiestas estén presididas "por un doble espíritu, el de la solidaridad y el de la igualdad", en su deseo de que "los sanfermines de hombres y mujeres sean finalmente iguales en todos los sentidos". También apuesta por que no se olvide la actual situación de crisis y por que "se sepa compatibilizar la diversión con la solidaridad hacia aquellos que lo están pasando tan mal".