Vitoria. La crisis ha tenido un fuerte impacto en los hábitos de consumo de las familias alavesas. Aunque el gasto en alimentación se ha mantenido casi invariable durante los últimos años en el territorio, los productos que llenan la cesta de la compra ya no son los mismos que en el año 2006, cuando la situación económica era otra. Así lo indica el último informe sobre gasto familiar elaborado por el Instituto vasco de Estadística (Eustat), que analiza las pautas que caracterizaban a los alaveses hace seis años y su evolución hasta 2010.
Antes de entrar en materia, Eustat matiza que el gasto medio de las familias en productos alimenticios se ha mantenido cerca de los 100 euros semanales desde 2006, sin grandes oscilaciones. No obstante, algunos productos muy concretos han sufrido especialmente los embates de la crisis, como son los casos de la carne de vaca y ternera, el vino y el tabaco. Las familias alavesas han sustituido la carne de bovino, donde gastan un 12% menos que hace seis años, por la de ave, sensiblemente más barata. Además, compran un 12% menos de vino -un artículo considerado prescindible- y gastan un 7% menos, mientras que en el caso de los cigarrillos el consumo se ha desplomado un 6%. No obstante, el gasto en tabaco se mantiene similar por el continuado incremento de los precios, nada menos que un 17% en el período analizado.
Según el informe de Eustat, realizado a través de una encuesta, la mitad de la cesta de la compra semanal de los alaveses está formada por sólo diez productos, entre los que la charcutería y el pan suman, cada uno de ellos, un 8% del total, los pescados frescos el 7%, la carne de bovino el 6%, los yogures, la carne de ave, los crustáceos y moluscos y otros productos de panadería el 3% y el queso un 2%. Entre todos ellos se cuela un producto no alimenticio, los ya mencionados cigarrillos, con un gasto semanal de algo más de 6 euros por familia.
coste y consumo Eustat analiza el gasto en euros que se deriva de cada artículo, un estudio que deja a la carne en la primera posición del ranking. Las familias pagan 17 euros semanales por tener en su mesa este artículo, diez euros por los pescados, nueve por los mariscos y 5,5 por los lácteos. Con todo, el producto más consumido resulta ser precisamente la leche, ya sea en su forma semidescremada y descremada -la más frecuente, con cerca de 2,5 litros semanales- o la entera, con algo más de dos litros. El consumo semanal de pan está algo por debajo de los 2,5 kilogramos.
También continúa en los primeros puestos el consumo de tabaco, éste medido en cajetillas de 20 unidades, de forma que el consumo familiar semanal asciende a unos 45 cigarrillos. Entre los productos que no suponen un gasto demasiado importante pero que habitualmente figuran en la cesta de la compra en cantidades importantes se encuentran también los cítricos (casi dos kilogramos por semana), las bebidas refrescantes y el agua mineral -casi 3 litros entre ambas-, las patatas y las hortalizas, con algo más de un kilogramo.
por territorios Eustat se detiene también en unas diferencias territoriales que considera "poco importantes". Mientras que Álava y Bizkaia tienen un nivel de gasto semanal en productos alimentarios muy similar, de 96 euros, Gipuzkoa se sitúa hasta 10 euros por encima. Las diferencias globales son sólo un pálido reflejo de lo que ocurre cuando el análisis se realiza con mayor detalle, según el Instituto de Estadística. Por ejemplo, el consumo de alimentos para bebés oscila entre los 0,10 céntimos de euros en las familias formadas por parejas sin hijos y el euro que gastan las parejas con hijos. De igual forma, el consumo de crustáceos y moluscos varía entre los 1,8 euros semanales en las familias con bajos ingresos y los 3,4 de las que tienen ingresos elevados.
Como dato curioso, Eustat destaca que las familias alavesas son las que menos patatas consumen a la semana en comparación con las vizcaínas y guipuzcoanas, sólo un kilogramo por los 1,3 de nuestros vecinos. También a título anecdótico, cabe resaltar que las familias vascas pagan una media de 12 euros mensuales por una conexión a Internet, pero la mitad de ellas, que efectivamente tienen esa conexión, pagan hasta 26 euros.