Vitoria. apesar de que hoy en día el sobrenombre de patateros parece un sinónimo intrínseco de los alaveses, lo cierto es que su consumo generalizado en el territorio histórico no va más allá de dos siglos atrás. Pese a que el tubérculo ha sido el motor del sector primario de la provincia durante años y se entiende como parte de la dieta habitual de los hogares, no hace demasiado ni siquiera se consideraba su consumo entre los humanos.
Así lo demuestra la tesis que ha presentado el licenciado en Veterinaria José David Palanca en la Universidad del País Vasco sobre la generalización del cultivo y consumo, tanto alimentario como médico, de la patata entre 1760 y 1860 y que explica que no fue hasta la Guerra de la Independencia (1808-1814) cuando este cultivo comenzó a instaurarse en las mesas alavesas. Entonces, los combatientes vascos observaron cómo las tropas francesas arrancaban patatas de los campos para saciar el hambre producida por la ausencia de abastecimiento y las largas jornadas de batalla. La sorpresa llegó cuando observaron que los soldados enemigos lejos de enfermar o padecer algún tipo de síntoma negativo, engordaban, por lo que empezaron a plantearse un nuevo uso para el tubérculo.
"En los territorios históricos de Bizkaia y Gipuzkoa tenían la mar, pero Álava era totalmente agrícola, dependían del cielo. Como la patata va en el subsuelo y no le pasa nada llueva o granice, el cultivo aumentó considerablemente. Vieron que era un producto que servía para alimentar a la gente y, al estar bajo el suelo, aguantaba las inclemencias del tiempo", explica el investigador.
Palanca ha visto que fue, a partir de entonces y durante los siguientes 50 años, cuando se produjo el boom de este alimento. Aunque no sólo se empleó para consumo humano y animal sino también se descubrió como valor medicinal para cataplasmas en quemaduras y tumoraciones y como preventivo y curativo del escorbuto.
Expansión del cultivo Antes, a partir de 1760, la expansión de la patata con fines ajenos al consumo humano ya se había ido produciendo, como los demuestra el hecho de que la Iglesia percibiera el diezmo correspondiente a este producto en todo el territorio histórico, con excepción de la Rioja Alavesa, a finales del siglo XVIII.
Otros documentos han descubierto que en Gipuzkoa se cultivaba patata en los municipios fronterizos de Irun y Hondarribia hacia 1764 y que, seis años más tarde, también se llevaba a cabo en Gabiria, Bergara y Legazpi. Para 1840 se extendió por todo el territorio. En lo que a Bizkaia se refiere, hacia 1774-77 se sembraba en algunos puntos de Bilbao y alrededores, y hacia 1830 su cultivo ya se había generalizado.
Para elaborar el trabajo Palanca se ha basado en documentos de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, así como en todo tipo de textos judiciales y diocesanos de los tres territorios vascos. El investigador ha elegido la fecha de 1760 como punto de partida de su estudio al encontrar documentos sobre un pleito que hubo en el valle de Zuia (Álava) por el pago del diezmo de la patata en 1816, que indican que este cultivo para entonces ya estaba presente en los tres territorios.