La delincuencia informática es un mercado floreciente, que no deja de aumentar en todo el mundo. Lo hace con rapidez y al mismo ritmo en que crece el número de internautas, que se han convertido en un rentable de negocio para las mafias y redes criminales que se aprovechan de miles y miles de personas cada día para engordar un negocio que alcanza ya los 290.600 millones de euros en todo el mundo. Y es que, según admite la Comisión Europea, el mercado para estas mafias es muy rentable: una tarjeta de crédito falsificada se vende por 140 euros, las claves de acceso bancarias por apenas 60 euros mientras que comprar datos relativos a la tarjeta de crédito de alguien puede ser tan barato como un euro y medio, menos de lo que cuesta un café en la capital comunitaria. En Bruselas, creen que ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto y proponen crear a partir de 2013 un nuevo centro contra el cibercrimen dentro de la oficina europea de policía (Europol), con sede en La Haya. "No podemos permitir que los delincuentes perturben nuestra vida digital. El Centro Europeo contra la Delincuencia Informática se convertirá en un trampolín para la cooperación en defensa de un Internet libre, abierto y seguro", promete la comisaria europea de interior, Cecilia Malström. Para que pueda echar a andar la propuesta deberá todavía recibir el visto bueno de la Autoridad Presupuestaria de Europol aunque la comisaria sueca confía en que obtendrán luz verde "muy rápidamente" y que estarán operativos a comienzos de 2013 con el objetivo de luchar contra el crimen organizado más grave.
fraudes en línea El nuevo centro se centrará en combatir las actividades ilegales de grupos organizados y especialmente los fraudes en línea, que afectan a las claves de acceso de las tarjetas de crédito y de las cuentas bancarias, el robo de identidades para proteger los perfiles de las redes sociales así como la explotación sexual de menores y ataques informáticos a infraestructuras clave en la UE y a sus sistemas de información. La razón es evidente. Según las estimaciones que maneja la Comisión, casi tres cuartas partes de los hogares europeos con acceso a Internet (73%) realizaron en 2011 alguna operación bancaria en línea frente al 36% de 2010. Un aumento del que se benefician enormemente las mafias. Según las estadísticas de la policía criminal alemana, en su país los casos de phising en el sector bancario -las actividades de espionaje que sirven para revelar las claves o información sensible de los usuarios- pasaron de suponer menos de 2.000 incidentes en 2008 a más de 5.000 en 2010. Mientras, en Reino Unido, y según el informe Garlik sobre cibercrimen, la toma de control por parte de grupos de ciberdelincuentes de cuentas bancarias aumentaron un 207% entre 2008 y 2009 con pérdidas de 65,9 millones de euros.
Además, más de 150.000 virus y otros tipos de códigos maliciosos infectaban ordenadores en 2009, con unos 148.000 aparatos infectados diariamente mientras que entre 250.000 y 600.000 cuentas de Facebook son bloqueadas cada día a causa de intentos de hackers por entrar. "Millones de europeos utilizan Internet para la banca a domicilio, la compra en línea y para planificar sus vacaciones o comunicarse con amigos y familiares. La delincuencia organizada sigue nuestros pasos y estos delitos nos afectan a todos.
La solución según Bruselas pasa por un centro que contará inicialmente con 30 expertos de la Comisión, Europol y los Estados miembros y un presupuesto de 3,6 millones de euros. La intención, no obstante, es reforzarlo con una plantilla final de medio centenar de personas cuya tarea será impedir que los grandes grupos de ciberdelicuentes cometan crímenes. El centro alertará a los Estados miembros de las amenazas y sobre sus puntos débiles en materia de seguridad, creará una base de datos a la que podrán acudir todas las policías nacionales y apoyará las investigaciones de fiscales y jueces que se ocupan de este tipo de delincuencia en los Estados miembros. Y es que según reconoce Malström los países más avanzados en la lucha contra la delincuencia son aquellos que tienen desarrollada la banda ancha pero hay muchos otros que tienen todavía margen de mejora y en los que hay problemas para combatir este tipo de actividades ilícitas.
La policía desconfía "Son conscientes de estos problemas. Lo importante es que en este centro se unirá toda la competencia europea y se comenzará a trabajar para ayudar en la lucha nacional", explica la comisaria. Malstrom presentará a lo largo de este año una nueva estrategia junto con el servicio de acción de exterior europeo.
Sin embargo, la confederación de policías europeos (Eurocop) pone en duda la eficacia de la nueva estrategia europea contra la cibercriminalidad presentada por la Comisión Europea.
Así, la presidenta de Eurocop, Anna Nellberg, apunta sin embargo que el centro "no será de gran ayuda" debido a que "la propuesta no se centra en el problema de la falta de legislación y medios a nivel nacional".
"Estamos de acuerdo con la comisaria Cecilia Malmstrom en que la ciberdelincuencia merece más atención", señala Nellberg, que añade sin embargo que "la prioridad en vez de armonizar sistemas debería ser dotarlos".
La presidenta de la confederación de policías europeos señala que en países como Alemania las autoridades no pueden seguir la pista de los delincuentes que traspasan fronteras en el interior de la Unión Europea porque hay países que no han aplicado todavía normas anteriores, como la directiva de retención de datos. "Claro que nos alegramos que se amplíe el personal de Europol, pero hasta que no funcione la lucha contra estos crímenes a nivel nacional, el nuevo centro no podrá actuar eficientemente", añade.
La confederación de policías europeos está formado por 35 uniones sindicales de policías de los Veintisiete países miembros que representan a más de medio millón de agentes de seguridad en la Unión.
Además, otro de los objetivos de la Comisión Europea es mejorar la lucha contra la falsificación de las tarjetas bancarias, el robo de identidades en perfiles personales de las redes sociales y los ataques informáticos a infraestructuras clave en todo el territorio de la Unión Europea.