vitoria. El Departamento de Educación ha decidido cancelar la Evaluación Diagnóstica (ED) prevista este curso. A la vuelta de vacaciones, los colegios e institutos han recibido una circular del Departamento en la que se notifica la suspensión de esta prueba a gran escala, que comprueba el nivel de adquisición de las competencias básicas por parte de los estudiantes. La decisión, que ha pillado por sorpresa a muchos centros vascos, no tiene precedentes desde que se inició la recogida sistemática de esta información vital para que las familias conozcan puntualmente el nivel académico de sus hijos. Pero sobre todo, la ED es estratégica para los centros educativos ya que del análisis de sus resultados se extrae la base de los planes de mejora, orientados a corregir las debilidades detectadas y potenciar las fortalezas.

En definitiva, la evaluación que realiza el Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa no Universitaria (ISEI-IVEI) es la principal herramienta de naturaleza científica con que se ha dotado el sistema educativo vasco para mejorar sus resultados en base a un análisis objetivo, sin la contaminación de eventuales intereses corporativos o políticos. La meta es mejorar un 5% los resultados para el año 2013. Es decir, rebajar 5 puntos el tramo de alumnado en el nivel más bajo e incrementar otro 5% el grupo de alumnos excelentes. Hoy en día, la excelencia -o la ausencia de ella- es la principal amenaza de la escuela vasca, en la que el alumnado sobresaliente representa el 3,3%, menos de la mitad de la media de los países de la OCDE (8,5%).

Se desconocen las razones reales que han motivado esta decisión. El caso es que desde su etapa en la oposición, la consejera de Educación se ha presentado a sí misma como defensora acérrima de las pruebas externas. Tanto es así, que la consejera Celaá ha definido la evaluación como uno de los "ejes" de su mandato, tal y como quedó patente durante su comparecencia en la Comisión de Educación para exponer las líneas generales de actuación de su Departamento.

En aquellos primeros compases de legislatura, Isabel Celaá hizo la siguiente reflexión acerca de la evaluación que da buena cuenta de su trascendencia. "La sociedad tiene derecho a conocer la realidad de nuestra educación, con transparencia y con rigor. La evaluación es el proceso a través del cual se analiza en qué medida el centro está consiguiendo sus objetivos educativos. Cada centro puede, así, responder ante su comunidad del valor añadido que ha sido capaz de aportar a su alumnado. No es posible conseguir un sistema educativo de calidad sin una evaluación".

El mundo educativo maneja distintas hipótesis sobre las causas de la eliminación de la evaluación. Y van desde las puramente económicas, dada la dinámica de recortes que afecta a la Administración pública, a otras más de fondo. Hay voces del mundo profesional que sostienen que los resultados de la Evaluación Diagnóstica "son incómodos" para el actual Departamento de Educación "como el bajo nivel de euskera que obtiene el alumnado cada año, tal y como ha resaltado hace escasos días el Consejo Escolar de Euskadi". Y más incómodo aún con el trilingüismo a la vuelta de la esquina. Hay otra tercera corriente de opinión, ésta proveniente del colectivo de directores, que entiende que la supresión de la ED responde a la intención del Gabinete Celaá de no tensionar a los centros con el traslado continuo de datos, que les obliga a repensar continuamente los planes de mejora sin el margen suficiente para comprobar su eficacia. Y una cuarta vía es una combinación de todo lo anterior.

Si se toma una a una las razones de esta medida pueden ser todas o la combinación de varias. Pero, ninguna por separado parece determinante para que Educación dé el paso de alterar su filosofía de poner al sistema bajo el escrutinio externo. Por ejemplo, el dinero. Los Presupuestos de la CAV para 2012 recogen una partida de 100.000 euros para la elaboración de la Evaluación Diagnóstica por parte del ISEI-IVEI, que mantiene su financiación en parámetros similares a los de otros años. No perece razonable que Celaá prescinda de uno de los ejes estratégicos de su gestión por 100.000 euros, por muy profundo que sea el déficit ya no del Gobierno Vasco, de cualquier ejecutivo. Y menos que, por una cantidad tan limitada, Educación se arriesgue a incumplir la orden del 2 de diciembre de 2008, que establece que las pruebas se realizarán con "carácter anual", en la totalidad de los centros docentes sostenidos con fondos públicos, en los niveles de 4º de Primaria y 2º de la ESO.

Otro de los motivos puede ser el estrés de centros debido a la multitud de evaluaciones propias y externas a las que se han visto expuestos los últimos años. Y, sobre todo, por la sobrecarga de trabajo, ajeno a las labores docentes, derivado del análisis de sus resultados y la elaboración de los planes de mejora. En el ámbito de la evaluación externa, Euskadi ha participado en 2009 por tercera ocasión consecutiva en la prueba internacional PISA, de la OCDE.

En el ámbito estatal, se ha concurrido los años 2009 y 2010 a las primeras ediciones de la Evaluacion General Diagnostica (EDG) del Ministerio. El informe de 2010 no esta disponible a esta fecha. Y en el ámbito interno, se han realizado las dos primeras ediciones de la Evaluación Diagnostica (ED) los años 2009 y 2010. El pasado día 16 de enero, la consejera registró en la Mesa del Parlamento una solicitud de comparecencia para explicar los resultados de la Evaluación Diagnóstica realizada el curso pasado.

No es menos cierto que el proceso de postevaluación, desde que los resultados llegan a los colegios hasta que se hace el plan de mejora, es bastante arduo para unos centros con recursos y personal cada vez más menguantes.