Como Dorothy en el camino de baldosas amarillas, ayer cientos de estudiantes de Bachiller subieron los trece escalones que llevan a la facultad de Farmacia en busca de ayuda. Y al igual que la joven del cuento, descubrieron que la respuesta está en uno mismo. "Claro que cuanta más información tengamos, más fácil resulta aclarar las dudas y decidir sin miedos", reconoció Naiara, cargada de folletos hasta el cuello. La jornada de orientación que celebró ayer el Campus de Álava le ayudó a recabar un sinfín de información sobre las dos carreras por las que se inclina: Trabajo Social o Magisterio. Así que se fue a casa con la mitad del trabajo hecho. "Ahora queda elegir. Sólo...", ironizó. Su caso se parece al de casi todos los chavales a los que les ha llegado la hora de dar forma a su futuro: tienen claro en qué área se quieren mover, pero aún no saben por qué especialidad se decantarán. De ahí el intenso trajín por los pasillos.
Entre las 9.00 y las 14.30 horas, los 27 stands con la oferta académica de la UPV fueron un no parar. Especialmente en el caso de aquellas carreras a las que se les presupone una mejor salida profesional. "Aunque ahora mismo es difícil saber cuál ofrece más oportunidades de trabajo, se sigue preguntando mucho por esta cuestión, porque suele ser decisiva a la hora de decantarse por una carrera u otra", explicó Galder, desde el puesto de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Bilbao. Tras pasar media mañana en el mostrador, también había constatado que los chavales "vienen sabiendo mucho más qué es eso de Bolonia, seguramente gracias al asesoramiento que reciben de antemano en sus centros educativos". Si tienen preguntas es más bien por saber cuál es la nota de corte, conocer qué distingue a esta disciplina de otras similares como Empresariales, si se realizan prácticas mientras se está en la UPV, "que en nuestro caso son obligatorias", y qué protagonismo tienen otros idiomas durante esta etapa.
"En tercero y cuarto hay dos asignaturas obligatorias que se dan en inglés y una tercera que se imparte en francés. Es un arreón lingüístico impresionante", subrayó Galder. Dos stands más allá, en el puesto de Ciencias Sociales y de la Comunicación, ratificaron la importancia creciente que tanto la UPV como los propios estudiantes están concediendo a los idiomas. "Hace un rato una chica me ha preguntado si era posible cursar la carrera aquí enteramente en inglés. Aún no... Pero a partir de tercero sí que ofrecemos esa oportunidad yendo a estudiar a Dimamarca, Suecia, Holanda, Chipre o Filipinas", explicó Jesús, entusiasta asesor.
A algunos jóvenes estudiantes se les nubla la vista al imaginarse lejos de los padres. Otros, sin embargo, no tienen pegas en posponer su independencia durante al menos otros cuatro años. Alicia Martínez, por ejemplo, se fue directa al puesto de la Escuela Universitaria de Ingeniería de Vitoria. Quiere estudiar en casa y su primera opción es cursar la especialidad de mecánica e industrial. "He hecho Bachiller científico-tecnológico en Urkide y creo que esto me gusta", resumió mientras su hermana Lara, la bióloga de la familia, se mostraba fascinada por las facilidades que ahora disfrutan los chavales. "Yo no tuve charlas, ni jornadas de puertas abiertas, ni nada. Menos mal que me salió bien".
A algunos estudiantes, sin embargo, tanta información llegó a abrumarles más que a ayudarles. "Vamos a salir de aquí con un lío enorme", confesaron Natalia, Oihane e Itsaso, alumnas de Corazonistas que lo mismo pueden acabar en Derecho que en Gestión de Negocios. Claro que para diatriba la de Maite: o estudia Filosofía o Bellas Artes. Todo un poema las caras de sus aitas. "A los 40 la seguiremos teniendo en casa, pero hay que respetar su vocación...".
Padres, por cierto, hubo muchos a lo largo de la jornada. Amaia se dedicó a obtener información de las ingenierías y de LADE mientras su hija asistía a una charla. "Somos un equipo, pero ella decide", aseguró. Y por eso, aunque Dorothy tuvo claro que "no hay nada como el hogar", a ella le tocará decir hasta luego a Ane. El camino escogido le llevará a Bilbao.