Vitoria. La crisis y los consiguientes recortes amenazan con menoscabar el modelo social vigente en Euskadi y su estado de bienestar. Las consecuencias de esta realidad son ya de sobra patentes, aunque las circunstancias hacen pensar en un escenario incluso peor en un futuro. Por fortuna, existen excepciones a la regla y una de ellas lo representa el gasto sanitario, un dato fundamental para medir la calidad de vida de un lugar determinado. Según los últimos datos recopilados por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, este indicador creció en la CAV a razón de un 9% anual entre los años 2005 y 2009. Y, lo que todavía es más determinante, durante ese último ejercicio Euskadi realizó un gasto por habitante de 3.658 euros, lo que supone un 16,16% más que la media estatal (3.067). Conviene reseñar, no obstante, que España ocupa el último puesto de este ranking en comparación con otros 15 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Euskadi también superó en 2009 el gasto medio por habitante de Islandia (3.538), Reino Unido (3.487), Finlandia (3.226) o Italia (3.137).
En números absolutos, el gasto en salud realizado en Euskadi en 2009 alcanzó los 5.636 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 7,5% con respecto a 2008, el año en que se manifestaron los primeros síntomas graves de la crisis. Eustat ha seguido la metodología del Sistema de Cuentas de Salud de la OCDE para ordenar estos registros, cuya tendencia lógicamente ha podido ralentizarse después por la gravedad actual de la coyuntura económica. Ese gasto total supuso un 8,8% del PIB durante aquel año 2009, un 1,8% más que en 2005. Atendiendo a la financiación, el modelo público supuso el 75,1% del gasto total con 4.231 millones.
El gasto público en salud sobre el gasto total de las administraciones, indicador del esfuerzo en salud que realizan esas administraciones públicas, también fue creciente en Euskadi entre 2005 y 2009 y alcanzó el 16,3% del total durante ese 2009. La CAV se situó por encima de países como Bélgica (15,1) y Suecia (14,8) en este apartado. Con todo, el gasto en porcentaje del PIB, que alcanzó el 8,8% en esta comunidad, sí se situó en 2009 por debajo de todos los países de referencia.
Un análisis detallado de las cuentas vascas de la salud muestra, según Eustat, que del total del gasto realizado en 2009 el 96,6% correspondió a gasto corriente y el 3,4% restante a la denominada formación bruta de capital -inversión-.
El 74,2% del gasto se dedicó en 2009 a servicios sanitarios individuales, mientras que el mayor crecimiento se produjo en la asistencia sanitaria de media y larga estancia, que experimentó un aumento anual del 13,8%. En esta función se incluye la mayor parte del gasto sanitario relativo a la dependencia, un buen reflejo del envejecimiento poblacional y sus consecuencias.
El análisis de la estructura de gasto por proveedores indica, asimismo, que la mayor parte del gasto se realizó en los hospitales (40%) y el segundo lugar en importancia lo ocuparon los proveedores de asistencia sanitaria ambulatoria, con un 27%. Las instalaciones residenciales y de enfermería representaron el 10% del gasto corriente, aunque éste fue el grupo con un mayor crecimiento durante el periodo analizado, con un 11,4%.