Islamabad. Pakistán trata de evitar una nueva crisis humanitaria como la de hace un año en el sur del país, donde las inundaciones han causado ya 175 muertos y cinco millones de afectados.
El monzón se ha cebado este verano con la provincia agrícola sureña de Sindh, una veintena de cuyos distritos han quedado total o parcialmente anegados, según las autoridades paquistaníes.
"La situación no se está revirtiendo todavía. El agua se está acumulando, porque viene de la montaña", explicó una fuente de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (ANGD), Imtiaz Mohyudín. Éste constató que las lluvias continúan y que es difícil que la situación mejore en los próximos días.
Un total de 175 personas han perdido la vida y 429 han resultado heridas desde el principio del monzón en julio, según estima el ANGD.
Los campesinos han perdido más de 8.000 cabezas de ganado y se han habilitado unos 2.000 campamentos para socorrer a la población más vulnerable, sobre todo repartida por Sindh y las provincias vecinas de Punyab y Baluchistán.
Esta crisis llega cuando Pakistán no se ha recuperado de las inundaciones de 2010, con 1.767 muertos y 20 millones de damnificados.